Singapur Ejecuta Por A Una Mujer Por Posesión De Drogas; La Segunda Ejecución Por Drogas En El País En Una Semana

El 28 de julio, Singapur ejecutó a Saridewi Djamani, de 45 años, mediante ahorcamiento, convirtiéndola en la primera mujer en ser ejecutada en Singapur en los últimos 20 años, según información de medios locales.

Djamani fue declarada culpable de “tráfico de drogas” luego de que se le encontraran 30 gramos de heroína. Este hecho ocurrió en 2018 y fue condenada a muerte, sin embargo apeló sin éxito su sentencia, logrando solo alargar su caso hasta octubre de 2022.

«Se le brindó un debido proceso completo bajo la ley y estuvo representada por un abogado legal durante todo el proceso», dijo la Oficina Central de Narcóticos. «La pena capital solo se utiliza para los delitos más graves, como el tráfico de cantidades significativas de drogas que causan un daño muy grave, no solo a los consumidores de drogas individuales, sino también a sus familias y a la sociedad en general».

Según la BBC, Djamani fue la segunda persona ejecutada en Singapur esta semana por un delito de drogas, Mohd Aziz bin Hussain de 57 años fue ejecutado unos días antes. Aziz fue condenado a muerte luego de que se le encontraran 50 gramos de heroína en 2017.

El año pasado, Singapur ejecutó a Nagaenthran K. Dharmalingam, de 34 años y de nacionalidad malaya, por delitos de drogas, lo que provocó indignación internacional debido a que se evaluó que Dharmalingam tenía discapacidad intelectual.

Según las leyes de Singapur, la pena de muerte se puede imponer a cualquiera que sea atrapado traficando más de 500 gramos de cannabis o 15 gramos de heroína.

Los medios locales informaron que Djamani no tenía la intención de vender la heroína, sino que estaba tratando de abastecerse para el mes islámico de ayuno de Ramadán. Sin embargo, admitió en el tribunal haber vendido heroína y metanfetamina desde su apartamento, informó la BBC.

«No hay evidencia de que la pena de muerte tenga un efecto disuasorio único o que tenga algún impacto en el uso y la disponibilidad de drogas», dijo Chiara Sangiorgio de Amnistía Internacional en un comunicado.

«El único mensaje que estas ejecuciones envían es que el gobierno de Singapur está dispuesto a desafiar una vez más las salvaguardias internacionales sobre el uso de la pena de muerte», agregó.