Cannabis medicinal. Breve historia de la marihuana en México

¿Sabes desde hace cuánto se usa la marihuana como remedio para curar enfermedades?

Seguramente conoces a una tía, vecina o incluso a tu abuelita, que para curar, por ejemplo, los dolores de reumas, usan alcohol infusionado con marihuana. Hemos escuchado, cada vez con más frecuencia, que esta controversial planta tiene muchas propiedades benéficas para la salud, pero ¿qué tanto sabemos de su historia y cómo está regulado su uso para cuestiones medicinales en México?

Empecemos por el principio.

¿Cómo llegó la marihuana a México?

Durante mucho tiempo se tuvo que la marihuana era mesoamericana, pero realmente su origen es asiático. Esta planta ha recorrido todo el mundo y llegó a México con la llegada de Cristóbal Colón, que la traía en sus embarcaciones en cuerdas hechas de cáñamo. Fue Hernán Cortés quien importó diversas plantas de Europa y Asia, incluyendo la cannabis sativa e indica con el n de levantar economía de la Nueva España.

Hernán Cortés

En un principio, las semillas de cáñamo fueron importadas para producir textiles, fue así como aumentó rápidamente la agricultura de la marihuana. En 1532, la Segunda Real Audiencia autorizó oficialmente, a través del gobernador don Sebastián Ramírez de Fuenleal, la siembra del cáñamo para nes textiles. Fue el Rey Carlos V quien dio la autorización y ordenó que enseñaran a los indígenas a hilarlo y tejerlo. la carne de dios o teonanácatl (hongos) y el peyote, también se ingería la toloatzin (semilla de la virgen) y el picietl o yetl conocido como nicotina rústica (tabaco). Todas estas sustancias se empleaban para entrar en trance y tener visiones o sueños. A pesar de que su consumo fue perseguido ferozmente por los conquistadores, jamás cayó en desuso.

El corte del peyote

El uso de la marihuana en México

Se dice que el obispo franciscano Juan de Zumárraga aseguraba que la marihuana era lo que le hacía falta a los indígenas “para ser felices”. De acuerdo con Juan Pablo García-Vallejo, en su libro La disipada historia de la marihuana en México, refiere a los sacerdotes jesuitas como los primeros en difundir el uso medicinal del cáñamo en el noroeste de México. García-Vallejo también dice que el uso del cannabis fue transmitido por los esclavos africanos, que jamás abandonaron sus cultos y medicina ritual.Fueron los chamanes y curanderas quienes adoptaron estos conocimientos.

La población indígena de México ya tenía una tradición para el uso ritual y medicinal de sustancias naturales como la carne de dios o teonanácatl (hongos), el peyote, la toloatzin (semilla de la virgen) y el picietl o yetl conocido como nicotina rústica (tabaco). Por eso, cuando la marihuana llegó a tierras mexicanas, rápidamente descubrieron los benecios de consumirla tanto para la vida diaria como para el uso religioso.

Es posible que en aquella época también se comenzara a consumir la marihuana fumada, pues en 1550 el virrey Luis de Velasco y Ruiz de Alarcón limitó su consumo porque “los indígenas empezaron a emplearla para algo que más que la creación de cuerdas”.

Sobre su uso medicinal, siglos más tarde, textos como el de Juan de Esteyneffer en su tratado Florilegio medicinal de todas las enfermedades de 1712 armaba que las semillas de cáñamo se usaban en horchata contra la gonorrea, o que las friegas y baños servían para regularizar el ciclo menstrual o para reducir la abundancia dela leche después del parto. Años mas tarde, en 1772, José Antonio Alzate en Memoria sobre el uso que hacen los indios de los pipiltzintzintlis describe que esta planta producía un efecto tranquilizador y podía usarse contra el dolor muscular y de muelas.

Los médicos europeos comenzaron a difundir el uso farmacológico del cannabis. De hecho, la reina Victoria la usaba para calmar los dolores menstruales. Cuando las noticias llegaron a México, los médicos mexicanos incorporaron a sus recetarios diversos remedios con marihuana para curar diferentes malestares como hemorroides, cólicos, humores intestinales, hemorragias, dolor de articulaciones, entre otras.

En un relato de Guillermo Prieto de 1857, describe etnográficamente las inusitadas costumbres de una comunidad indígena otomí del municipio de San Juan del Río, Querétaro, cuyos caciques —en una experiencia ritual-adivinatoria— fumaban mariguana para en trance canábico juzgar si el matrimonio de sus hijos debía o no realizarse.

Hacia 1860 era común, en la prensa de la Ciudad de México, la publicidad: ‘Cigarros indios de Cannabis indica ’, comercializados por Grimault y Compañía, farmacéuticos de París.

El siglo XX y la prohibición

Llegado el siglo XX el uso de la marihuana era popular. Para la Revolución mexicana, se escuchaba cantar el famoso corrido de la cucharacha, que “que ya no puede caminar, porque no tiene, porque le falta marihuana que fumar”.

Fue en 1920 cuando se prohibió la producción, comercialización y uso de la planta y se publicaron las Disposiciones sobre el comercio y cultivo de productos que degeneran la raza.

Luis Astorga, en su libro Drogas sin fronteras, documenta que el Congreso estadounidense, aún en contra del consejo de la Asociación Médica Americana aprobó en 1937 la Ley del Impuesto sobre la Marihuana, haciéndola costosa y difícil de obtener. Como consecuencia y por presión estadounidense, también prohibió la marihuana en México, independientemente de que el presidente Antonio López de Santa Ana se opusiera rotundamente.

Un año más tarde el doctor Leopoldo Salazar Viniegra publicó su artículo «El mito de la marihuana», en el cual aseguraba que el consumo de marihuana no generaba inconsciencia, ni impulsos criminales y consideró como excesivas e injustificadas las penas hacía los delitos contra la salud que ya dictaban las leyes mexicanas.

El tiempo de la legalización

Las palabras de Salazar Viniegra fueron estudiadas y el 1940, durante el gobierno de Lázaro Cárdenas, por casi cinco meses se legalizó el uso de las drogas en México. Pero esta estimulante decisión no fue del agrado de las autoridades norteamericanas y pronto tuvo que ser erradicada.

En 1947 se decretó que el control de substancias pasaba a manos de la Procuraduría General de la República, además de que se elevaron las penas para los delitos contra la salud. Con esto se consolidó el enfoque de seguridad para combatir los enervantes y, en consecuencia, vendedores y consumidores de cannabis fueron criminalizados.

A pesar de la prohibición, tanto en México como en Estados Unidos en las siguientes décadas creció el consumo, la siembra y la comercialización de la planta.

Las últimas décadas

Con el paso del tiempo, las regulaciones han ido cambiando.

En 1984, la Ley General de Salud en su artículo 235 estableció que se prohibía “la siembra, cultivo, cosecha, elaboración, preparación, acondicionamiento, adquisición, posesión, comercio, transporte en cualquier forma, prescripción médica, suministro, empleo, uso, consumo y, en general, todo acto relacionado con estupefacientes o con cualquier producto que los contenga”.

Diez años más tarde, en 1994, la reformas de Código Penal fueron modificadas y se aumentaron el número de años de pena so comercio, transporte, ´trafico y suministro; y se disminuyeron las penas de siembra, cultivo y cosecha.

Uso medicinal, hoy

Con respecto del uso medicinal de la cannabis, no fue sino hasta 2015 que el tema llegó hasta las autoridades. El caso fue el de la menos Graciela Elizadle, una pequeña diagnosticada con el síndrome de Lennox Gastaut. Al no haber tratamientos para su enfermedad, un juez dio un amapo para que el padre de la niña pudiera importar el aceite de cannabis rico en cannabidol (CBD) para su hija con el fin de tratar las más de 400 convulsiones que presentaba al día.

La familia que la pequeña Graciela crearon la Fundación Por Grace, dedicada a impartir educación sobre el cannabis medicinal y el uso del cannabidiol en casos de epilepsia.

El 7 de enero de 2017, la Asamblea Constituyente de la Ciudad de México modificó la Carta Magna con el fin de ampliar los derechos para el uso de la planta y sus derivados con fines terapéuticos.

El 29 de abril de 2017, la Cámara de Diputados aprobó el uso medicinal y científico del cannabis y sus derivados. Dos meses después, el 19 de junio de 2017, el Congreso Mexicano aprobó la nueva normativa que despenaliza el uso médico y científico de la marihuana.

Actualmente, existen asociaciones encargadas de asesorar a las personas interesadas en el consumo de cannabis para uso medicinal, a través de su red de abogados y doctores.

Un ejemplo es la Fundación Ananda, una asociación civil interdisciplinaria que trabaja vinculando a pacientes con profesionales de la salud para impulsar en México la medicina cannábica, como una opción alternativa bajo protocolos seguros para el tratamiento de distintos padecimientos o enfermedades degenerativas.

Este lugar tiene el objetivo de combatir el estigma social sobre el uso del cannabis dentro de la medicina alternativa y reivindicar su postura a través de la divulgación científica nacional e internacional sobre los beneficios del Cannabidiol (CBD) y su uso alternativo para el tratamiento de enfermedades como síndrome de Tourette, enfermedad de Huntington, fibromialgia, ataque vascular encefálico, síndrome de abstinencia, parkinson, artritis, síndrome de inmunodeficiencia adquirida, depresión, autismo, alzheimer, cáncer, epilepsia, glaucoma, espasmos musculares, salpullido y dolor.

Sin duda, esta es una nueva etapa en la historia de este planta, que desde hace siglos ha sido usada como un remedio para prevenir y curar enfermedades.

Con información de México Desconocido