Muchas veces, las leyes de inmigración van a contramano de las leyes estatales, lo que puede abrir la puerta a consecuencias negativas entre quienes solicitan un beneficio migratorio.
Este es el caso del consumo de marihuana, sea para recreación o por razones medicinales, que es legal en varios estados de EEUU, como California, por ejemplo.
El problema es que a nivel federal, el consumo de marihuana sigue siendo ilegal por lo que tiene efectos negativos en los trámites migratorios.
Si una persona que no es ciudadana admite a un oficial de Inmigración que ha consumido marihuana, aún si lo hizo en un estado donde esa actividad es legal, puede enfrentar problemas serios que hasta derivarían en el rechazo a una solicitud.
Esta situación abarca peticiones como la residencia permanente y la ciudadanía o al viajar afuera de Estados Unidos, según informa en su página web Immigrant Legal Resource Center, una organización que aboga por los derechos de los inmigrantes.
“Esto es cierto aún cuando la persona nunca haya sido condenada por algún delito, solamente use marihuana en su casa, o aunque el uso de marihuana sea legal bajo la ley estatal. Las consecuencias también aplican para aquellos sin estatus migratorio que trabajen legalmente en la industria de la marihuana”, de acuerdo a ILRC.
Abogados expertos en leyes migratorias aconsejan, entre otras cosas, no usar la marihuana hasta que la persona sea ciudadana.
“Pero lo más importante, nunca hable de cualquier conducta relacionada a la marihuana con un agente de Inmigración o de la frontera, con un oficial consular, con un doctor médico de visa, o con un oficial de policía, al menos que usted tenga asesoramiento experto legal que esto no va a causar problemas migratorios”, de acuerdo a ILRC.
“Si un oficial le pregunta sobre marihuana, dígales que no desea hablar con ellos y que quiere hablar con un abogado. Usted tiene el derecho de permanecer en silencio”, aconsejan los expertos de ILRC.