El Ministerio de Justicia acaba de otorgar diez licencias para cultivar esta planta y una para importar. Los potenciales que tendrán, por sus componentes como el THC, han sido denominados efectivos científicamente para tratar enfermedades como diabetes, el alzhéimer y la epilepsia.
La primera vez que un científico estudió los efectos del cannabis fue en monos. Fue el doctor Raphael Mechoulam, un israelí que se interesó por la química de la marihuana en plena década de los sesenta. Desde esas primeras investigaciones hasta ahora, los efectos medicinales de la planta han sido comprobados en laboratorios de todo el mundo como un estimulante del sueño y del apetito, controlador de náuseas o vómito y una ayuda en el tratamiento de enfermedades como la diabetes, el alzhéimer y la epilepsia.
Por eso Colombia, al igual que una larga lista de países, ha aprobado la ley de marihuana medicinal. Para que los cultivadores, productores y comercializadores nacionales puedan crean empresa a partir de ésta planta. En ese proceso, el Ministerio de Justicia acaba de expedir diez licencias de cannabis para cultivar tanto plantas psicoactivas como no psicoactivas usadas y una para exportar la semilla para siembra.
Esos permisos se suman a los cuatro que el Gobierno le había otorgado hace algunos meses a las empresas Khiron Life Sciences Corp., FCM Global.S.A.S, Canmecol.S.A.S y Medcann S.A.S. La mayoría de estas empresas los pidieron para cultivar cannabis no psicoactivo con fines industriales como pitas, hojas, cuerdas, etc.
Hasta hora, el ministerio ha señalado que tiene 92 personas naturales en la lista de espera para obtener su permiso y 14 licencias listas. De ellas, cinco son para cultivo de plantas con THC, uno de los componentes más efectivos para tratar enfermedades como diabetes, el alzhéimer y la epilepsia. Incluso para reducir el tamaño de los tumores cancerígenos. Esos productores serán las herramientas terapeúticas de profesionales como neurólogos, paliativistas, oncólogos, fisiatras y psiquiatras, quienes son los más interesados de acuerdo con el ministro de Salud Alejandro Gaviria,
Ese es el caso de la doctora Paola Pineda, una especialista en derecho médico y magíster en VIH con cinco años de experiencia tratando con cannabis medicinal a pacientes epilépticos, con parálisis cerebral, cáncer, dolor crónico de diversos orígenes, pacientes de insomnio, pacientes de enfermedades huérfanas. Todos, aunque de diferente manera, han encontrado algún remedio en el cannabis medicinal.
Para ella, el paso de Minjusticia en cabeza de la Subdirección de Control y Fiscalización de Sustancias Químicas y Estupefacientes, “es una deuda histórica que tenía el Gobierno desde los años ochenta. En ese entonces se creó una ley que ya hablaba del uso del cannabis como medicina pero solo se reglamentó hasta finales del 2015”. El proceso parece sentar las reglas claras para los cultivadores, productores y comercializadores a nivel nacional e internacional. Lo que se debe tener en cuenta, al menos en el tema médico es que, asegura Pineda, “el cannabis no sirve para todo, ni cura todo, es una herramienta terapéutica efectiva”.