“Una vez que cruzan la frontera, las drogas no se venden solas”: el poco conocido mundo de los “narcos gringos”.
Cuando se habla de narcotraficantes casi siempre se nos viene a la mente una persona de piel moran vestido con botas y sombrero y ostentando joyas muy exóticas, y todo esto es gracias a los estereotipos que nos venden los medios.
Las redes de narcotráfico en Estados Unidos se componen mayoritariamente de ciudadanos estadounidenses, madres de familia, empresarios, pandilleros y delincuentes menores que no levantan sospechas de la policía ni de sus vecinos. Jesús Esquivel, periodista y autor del libro Narcos Gringos, revela que los traficantes de drogas de EE.UU. son independientes y no operan para una sola organización, sino que trabajan con distintos carteles, incluso pueden trabajar con varios al mismo tiempo, y su vínculo con los grandes carteles es puramente comercial. Aunque hay varias organizaciones de narcotráfico en EE.UU., el Cartel de Sinaloa, es el principal proveedor de heroína, marihuana, anfetaminas y ahora fentanilo.
Los intermediarios, conocidos como “brokers”, desempeñan un papel central en el tráfico de drogas en EE.UU. Se encargan de contactar a los carteles proveedores, principalmente mexicanos, y se encargan de gran parte de la ruta que siguen las drogas en territorio estadounidense. Una vez que los cargamentos cruzan la frontera con México, los brokers buscan bodegas o casas para guardarlos y, a veces, también contactan a los dueños de ranchos en la frontera con los capos mexicanos para acordar el libre paso de la mercancía. En caso necesario, consiguen personas que les ayuden a empaquetar o seleccionar la droga, así como a resguardar el cargamento.
Para transportar la droga, los brokers contratan a choferes de camiones de carga o a personas que utilizan sus autos particulares. La droga se entrega al responsable de una ciudad, pueblo o barrio determinado, quien a su vez la envía a los distribuidores de cada calle. En este punto, el intermediario recibe el pago de la mercancía, aunque en algunos casos puede esperar a que las ventas se realicen en las calles. En todo este proceso, el broker es quien responde por la mercancía y, si el cargamento es confiscado, debe pagar su valor al cartel.
El tráfico de drogas en EE.UU. no es tan fácil como se piensa y, según Jesús Esquivel, los medios de comunicación han creado la percepción de que el problema son solo los carteles mexicanos. Sin embargo, una vez que las drogas cruzan la frontera, alguien tiene que repartirlas, empaquetarlas y transportarlas. Los narcos gringos son ciudadanos estadounidenses que trabajan en el negocio de manera discreta y que conocen las rutas, técnicas y sistemas de transporte que les proporcionan los carteles mexicanos para poder funcionar y ser exitosos.
El libro de Jesús Esquivel, Narcos Gringos, muestra las redes que distribuyen drogas como marihuana, cocaína, anfetaminas y heroína en casi todas las ciudades de EE.UU. En el pasado, muchos en América Latina, y en México especialmente, estaban convencidos de que los verdaderos grandes capos de las drogas se encontraban en Estados Unidos, pero según el autor, eso no es tan cierto. Actualmente, no existen grandes carteles como los mexicanos o colombianos en EE.UU.