Uno de los químicos que más expectativas ha generado en la medicina es el óxido nítrico, mejor conocido como «el gas de la risa». Este gas ha sido estudiado dese hace varios siglos por grandes científicos, psicólogos y filósofos como Humphry Davy, Benjamin Paul Blood y William James.
Más recientemente, en 1998, el descubrimiento de que el ser humano produce óxido nítrico le valió a Luis Ignarro y un par de colegas el Premio Nobel. Se encontró también que el óxido nítrico promueve la circulación y aumenta los niveles de oxígeno en la sangre.
El óxido nítrico ayuda relajar los músculos de las arterias, previene la presión arterial alta e impide que se produzcan coágulos. Quizá su aplicación más conocida es su uso en el desarrollo del famoso fármaco Viagra, pues este gas promueve la circulación de la sangre al tejido eréctil.
En los últimos años se han dado a conocer otros posibles beneficios. El mismo Ignarro ha destacado las propiedades antivirales de este gas, y la importancia de respirar por la nariz (pues esto produce mayores cantidades en el cuerpo).
Una dosis baja de oxido nitroso, mejora los síntomas de la depresión grave que no responde a los tratamientos, según un estudio en fase dos que publica la revista Science Translational Medicine.
El equipo de investigadores de la Universidades de Chicago y Washington -Estados Unidos- vieron que una única sesión de una hora de inhalación de ese gas al 25 % era «casi tan eficaz» como al 50 % para mejorar los síntomas de la depresión durante más de dos semanas y con menos efectos secundarios.
A pesar de su reputación de «gas de la risa», los pacientes que reciben una dosis tan baja «ni se drogan ni se ponen eufóricos», realmente se quedan dormidos, explicó el autor principal del estudio, Peter Nagele de la Universidad de Chicago.
Excited to share our new research exploring the use of nitrous oxide as treatment for severe depression. @UChicagoMed @UChicago @WUSTLmed @WUSTL https://t.co/pVcBSPdQIu #depression #anesthesia
— Peter Nagele (@nagelep1) June 9, 2021