La Asociación Mexicana de Investigación en Cannabis es integrada por un grupo de científicos interesados en generar conocimiento formal en el país sobre los atributos comprobables de la planta.
Con el fin de impulsar protocolos que demuestren bajo evidencia científica los diferentes usos farmacéuticos, medicinales, industriales y personales de la cannabis como sustancia activa de la mariguana, se conformó la primera Asociación Mexicana de Investigación en Cannabis (Amexicann) integrada por un grupo de científicos interesados en generar conocimiento formal en el país sobre los atributos comprobables de la planta.
Presidida por Gustavo Oláiz, excomisionado de autorización sanitaria de Cofepris, dicha Asociación será presentada públicamente el próximo martes en conferencia donde se dará a conocer sus objetivos que van en línea con las áreas en que México debe centrarse rumbo a un adecuado y útil aprovechamiento de los derivados de la cannabis, específicamente de las especies de mariguana con más tiempo en México.
Dijo que dicha asociación fue fundada para coadyuvar con las entidades públicas y privadas a conducir recursos y esfuerzos con el objetivo de Investigar la cannabis en sus posibles usos y derivados, obteniendo evidencia científica de sus posibles beneficios, riesgos y consecuencias.
El doctor Oláiz, también actual director general del Centro de Investigación en Políticas, Población y Salud (CIPPS) de la Facultad de Medicina de la UNAM, adelantó en ese sentido que en el ámbito genético será importante ubicar las concentraciones adecuadas para cada uso, y las especies que mejor se desarrollaron en los ecosistemas nacionales, así como las menos convenientes.
“Ese sería el primer renglón, ubicar cuál es la mejor genética, cuál nos conviene, cuál para uso medicinal, y cual cáñamo es más efectivo para uso industrial”, comentó.
Dijo que otro ámbito de investigación es en torno al área farmacéutica, específicamente desarrollo de medicamentos para seres humanos, así como para el segmento veterinario, donde igualmente los protocolos habrán de demostrar efectividad o riesgos y verificar el balance entre las opciones de hemp, cannabidiol o combinaciones con tetrahidrocanabidiol (THC) para uso terapéutico.
Aquí lo importante, precisa el especialista, es que el efecto quede demostrado sin importar cuál sea la sustancia activa específica; “así como cuando te pones un parche o te tomas una pastilla contra el dolor, no te importa conocer la sustancia activa, sino que sea segura y efectivamente te lo quite”.
Un tercer ámbito de investigación es el uso medicinal no farmacéutico, como los remedios herbolarios, donde sí está expresamente incluida la planta al presentarla en extractos, tés, ungüentos, etcétera.
Es un área totalmente diferente con no hay tanta precisión en las dosis, pero son alternativas muy recurridas por la población. Aunque sí subraya que en este caso no estarán incluidos los suplementos que no pueden tener acción farmacológica, porque si la tienen, la deben evidenciar y ya se convierten en remedios o en medicamentos.
Un último rubro de investigación será en torno al uso lúdico, y ese se concretará una vez que se apruebe la ley, lo cual se prevé sea próximamente en el siguiente periodo de sesiones del Legislativo.