Con la apertura del mercado medicinal del cannabis, cambios en la regulación a nivel mundial y el reconocimiento internacional de Israel como un referente en el desarrollo de tecnologías para el crecimiento de plantaciones, el desarrollo de este sector está dando mucho que hablar en Israel.
El pasado 9 de julio, se celebró el congreso “Cannabis-Israel”, organizado en cooperación entre las agrupaciones nacionales de kibbutzim y moshavim (comunidades agrícolas).
El acceso a los primeros permisos del ministerio de salud y los cambios en la regulación están impulsando el establecimiento de conexiones entre cultivadores de kibutzim y moshavim con empresas israelíes e internacionales.
En el último año, varias de las empresas que presentaron sus productos en el congreso fueron tendencia en la bolsa de valores de Tel Aviv. Figuras públicas y personalidades políticas como Ehud Barak, Ehud Olmert o el ex jefe del Shin Bet Yaakov Peri ya han invertido en una industria, en que muchas comunidades agrícolas han visto una oportunidad para reinventarse tras periodos de recesión en la producción y venta de fruta y verdura convencional.
Osher Ben Ami, director comercial de la compañía Compactus, explicó a Aurora que “el cannabis es uno de los campos en lo que Israel quiere destacar, ya que dispone de buen clima, conocimiento y la alta tecnología”.
La empresa se dedica a desarrollar pasillos móviles para optimizar el espacio en las plantaciones: “en cualquier campo agrícola, tienes la línea de crecimiento y la línea de paso. Nosotros podemos eliminar la necesidad de estos pasajes, creando la línea de paso donde nos convenga”, cuenta Ben Ami, mientras con una rueda hace girar los pasillos móviles.
Además de charlas de expertos del sector, las compañías presentes en el congreso expusieron las últimas novedades en sistemas de iluminación para invernaderos de cultivo interior, tierras y abonos o derivados del THC y CBD –propiedades del cannabis- con las que se producen medicamentos.
Rutti Shafir, de la empresa Control Union, contó que representa a “una compañía de certificación internacional en el gremio del cannabis en todo el mundo. Trabajamos en Israel junto al ministerio de salud, y damos permiso para invernaderos donde se planta marihuana medicinal.
Para Shaffir, lo más destacable es que “el cannabis pasó una medicalización en Israel, pasó de una medicina alternativa a una medicina ordinaria”.
PROTESTAS POR LA REGULACIÓN ACTUAL
A las puertas del evento, un grupo de una veintena de manifestantes protestó ruidosamente e interpeló a los participantes que accedían. La concentración protestaba las fallas de la regulación actual para obtener cannabis medicinal, que actualmente solo puede obtenerse legalmente con una prescripción médica, que conlleva arduos procesos burocráticos.
Los que disponen de dicha prescripción se quejaron de que en los últimos meses ha habido un descenso drástico en los suministros. Sharit Cohen, que protestaba en su silla de ruedas –sufre de la enfermedad crónica del CRPA-, exclamó que “no podemos estar sin medicamento, y estamos sin. Nos dicen que tomará otro medio año procesar la reforma. ¿Cómo se puede estar medio año con dolores? Con inflamaciones, así no se puede vivir, cada día pierdo otra parte de mi cuerpo, es insoportable”
Cohen destacó que “la única cosa que nos ayuda a vivir un poco es la marihuana. El año pasado también sufrí de cáncer, y el cannabis es lo único que me mantiene en vida, me ayuda y me salva. Está claro que hace falta una reforma, pero no se puede por el camino, mientras se construye el edificio, dejar a la gente vivir en la calle”.
Además del auge en la producción de cannabis medicinal, en Israel existe un elevado porcentaje de población que consume marihuana con fines recreativos. El año pasado, una nueva ley despenalizó el consumo y tenencia de cantidades mínimas, pero todavía se considera ilegal.