Las personas que viven en estados donde la marihuana recreativa es legal experimentan tasas más bajas de trastorno por consumo de alcohol (TCA) en comparación con las que viven en estados donde el cannabis sigue siendo ilegal, según un nuevo estudio financiado con fondos federales.
Los investigadores observaron a 240 parejas de gemelos en los casos en que uno de ellos vivía en un estado que había legalizado la marihuana y el otro no. Descubrieron que, aunque el consumo general de alcohol no difería significativamente, los que vivían en estados donde se había legalizado el cannabis eran «menos propensos a arriesgarse a sufrir daños bajo los efectos del alcohol» que su gemelo que residía en un estado donde la marihuana seguía estando prohibida.
«La legalización recreativa se asoció con un mayor consumo de cannabis y una disminución de los síntomas de trastorno por abuso de alcohol, pero no se asoció con otras desadaptaciones», escribieron los investigadores de la Universidad de Colorado y la Universidad de Minnesota.
«Establecimos pruebas que sugieren que la legalización del cannabis provoca un aumento de 0.11 desviaciones estándar en la frecuencia de consumo de cannabis, mientras que los síntomas de AUD disminuyeron en 0.11 desviaciones estándar impulsados por las reducciones en el consumo de alcohol cuando es físicamente peligroso.»
El estudio, revisado por expertos y publicado la semana pasada en la revista Psychological Medicine, advertía, sin embargo, de que estos datos son «difíciles de interpretar y merecen una investigación adicional en futuros trabajos».
Los autores intentaron cuantificar el impacto del cannabis recreativo en el consumo de sustancias, el funcionamiento cotidiano y si las personas vulnerables son más susceptibles que otras a posibles efectos negativos. Los resultados sugirieron que la legalización no se asociaba a un aumento de los trastornos por consumo de cannabis, pero podía estar vinculada a un mayor consumo de cannabis, tabaco y problemas económicos.
«Evaluamos una amplia gama de resultados, incluido el consumo de otras sustancias, la dependencia de sustancias, la personalidad desordenada, la externalización y los problemas legales, el acuerdo en las relaciones, el comportamiento en el lugar de trabajo, el compromiso cívico y la cognición», escribieron. Pero no hallaron «efectos perjudiciales ni protectores en la mayoría de estos ámbitos, ni identificamos ningún aumento de la vulnerabilidad conferida por factores de riesgo establecidos».
Los investigadores especulan con que sus resultados no encontraron ninguna relación entre la legalización del cannabis y un aumento de los trastornos psicosociales porque puede darse el caso de que las leyes sobre el consumo de marihuana por adultos aumenten el consumo entre los consumidores poco frecuentes u ocasionales en lugar de entre los que ya consumen mucho, independientemente de la penalización.
El estudio, que contó con el apoyo financiero de los Institutos Nacionales de la Salud, llegó a la conclusión de que «los esfuerzos de prevención e intervención pueden llevarse a cabo mejor si siguen centrándose en los factores de riesgo establecidos en lugar de centrarse en la disponibilidad». Los autores dijeron que los resultados eran «tranquilizadores con respecto a las preocupaciones de salud pública en torno a la legalización del cannabis recreativo», pero advirtieron que los hallazgos no «implican que el consumo de cannabis esté exento de riesgos, sólo que no identificamos cambios significativos en estos resultados negativos como consecuencia de la legalización.»
Con información de Marijuana Moment