Ámsterdam NO Quiere Turistas Británicos En La Ciudad Ya Que Son Los Más Problemáticos

Ámsterdam le advirtió a los turistas británicos, que van en busca de sexo y drogas, que «se mantengan alejados».

La alcaldía de Ámsterdam ha lanzado una campaña digital dirigida a hombres británicos de entre 18 y 35 años que buscan sexo y drogas en la ciudad. La iniciativa forma parte de los esfuerzos para limpiar la reputación de Ámsterdam y dejar de ser la capital de la fiesta más liberal de Europa. Los anuncios publicitarios, que se activarán cuando se busquen términos como «despedida de soltero», «hotel barato» o «recorrido por los bares de Ámsterdam», muestran a hombres borrachos siendo esposados por la policía y con fichas policiales. Las advertencias son contundentes, haciendo hincapié en los riesgos asociados al consumo excesivo de alcohol y drogas.

Los vecinos de la ciudad han venido quejándose por años de los visitantes británicos que orinan en público, vomitan en los canales, se desnudan y participan en peleas. Los críticos de la campaña argumentan que las mismas se basan en estereotipos injustos y son discriminatorias. En los Países Bajos, las cafeterías pueden vender cannabis siempre y cuando cumplan con ciertas condiciones estrictas, como no servir bebidas alcohólicas ni vender a menores.

La gente ha estado respondiendo a la campaña en las redes sociales. Un hombre dijo bromeando que «a mí me parece más un anuncio publictario» de la ciudad. Otro comentó que era un «misterio por qué personas de 18 a 35 años se sentirían atraídas por una ciudad con cafeterías donde está lagalizada la droga y los burdeles». Otros parecen escépticos de la campaña, como una mujer que escribió: «Quieren ganar dinero con las familias y los museos, pero saben que es la marihuana y la luz roja lo que hace que la ciudad siga funcionando».

La ciudad cuenta con 883,000 habitantes, sin embargo es una de las más visitadas del mundo con 20 millones de visitantes cada año, incluyendo un millón de británicos, está sufriendo una sobrecarga de turismo que está poniendo a prueba la tolerancia de los residentes y obligando a la alcaldía a actuar. La iniciativa busca hacer que la industria sea menos sórdida y más sostenible para convertir la ciudad en un lugar más habitable.