En Europa se han llevado a cabo algunos programas piloto de consumo de cannabis recreativo. Estos programas prevén un comercio limitado de cannabis para adultos en una zona designada y el estudio de dichos programas proporciona información a las autoridades para poder elaborar leyes y reglamentos nacionales sobre el cannabis.
Ya existe un programa piloto de cannabis en Copenhague, Dinamarca, y los legisladores están intentando ampliar los programas piloto a otras ciudades del país europeo. Todo el cannabis del programa piloto de Copenhague es de producción nacional.
Otros dos países europeos anunciaron anteriormente planes para lanzar sus propios programas piloto, los Países Bajos y Suiza, aunque ambos países han sufrido contratiempos. En el caso del programa piloto de Basilea (Suiza), el hecho de que el cannabis nacional no cumpla los estrictos requisitos en materia de plaguicidas ha hecho que el programa busque su origen en otros lugares, especialmente en Canadá. Según SRF News:
Se aclaró la posibilidad de importar cáñamo de los países vecinos. Según el departamento de sanidad, la atención se centró en Alemania. Pero como no se encontró ninguna solución, la empresa de Basilea pasó a importar de Canadá. «Canadá tiene proveedores individuales que venden legalmente productos de cáñamo ecológico».
La pelota está ahora en manos de la Oficina Federal de Salud Pública, que concede la autorización para la prueba piloto y debe aprobar también la importación. Las investigaciones están en curso. «Si una posible importación es susceptible de recibir un permiso, podemos determinarlo si hay una solicitud correspondiente o tras su examen», dice la Oficina Federal.
La forma de abastecerse de cannabis para el comercio de consumo de adultos es complicada, lo que se está demostrando con el esfuerzo que se está haciendo en Alemania para legalizar la venta de cannabis para adultos. Al parecer, Alemania va a abastecerse de todo el cannabis para su eventual mercado de consumo para adultos a nivel nacional. Al parecer, los legisladores y los reguladores parecen considerar que, si bien el cannabis puede importarse y exportarse para la investigación y el uso médico, no puede importarse para la venta de uso para adultos.
Lo que se propone en Basilea es algo interesante, en el sentido de que alguien podría argumentar con fuerza que el cannabis es, en efecto, para fines de investigación, aunque para investigar si la venta de uso para adultos puede regularse adecuadamente a nivel local antes de hacerlo a nivel nacional. Sólo el tiempo dirá si la petición de Suiza es aceptada, y si es así, lo que significaría para otros programas piloto.