El intenso cabildeo del gobernador demócrata de Nueva Jersey, Phil Murphy, y de representantes de la industria de la marihuana no fueron suficientes para reunir los votos necesarios para aprobar este lunes un proyecto que legalizaría el uso de la sustancia con fines recreativos.
Aunque el Senado y la Asamblea de Nueva Jersey están dominados por los demócratas, Murphy tuvo un revés político al no lograr convencer a los legisladores de su propio partido para que apoyaran la iniciativa, que fue una promesa clave de su campaña electoral.
La votación, que estaba en agenda de las dos cámaras para este lunes, fue cancelada en la Cámara Alta por el líder de ese cuerpo, Stephen Sweeney, poco antes de iniciarse los trabajos porque no contaba con el apoyo suficiente.
«Pocas veces se hace historia en el primer intento. Pero eventualmente las barreras caen para aquellos que están comprometidos con derribarlas», dijo Murphy en una conferencia de prensa en la que manifestó su desacuerdo con lo ocurrido, acompañado por Sweeney, y el líder de la Asamblea, Ceaig Coughlin.
Murphy, que buscaba que Nueva Jersey se uniera a diez estados y el distrito de Columbia que ya han aprobado la marihuana recreativa, afirmó además desconocer cuándo el Parlamento podría retomar el tema.
«Más vale tarde que nunca», argumentó el demócrata, al manifestar que esperaba que ello ocurriera antes del próximo otoño.
Insistió en que «es lo correcto» para Nueva Jersey y en que «la gente está de nuestro lado».
Según ya había trascendido a los medios locales, la propuesta tenía más opciones de ser aprobada en la Asamblea, pero enfrentaba mayor rechazo en el Senado, lo que este lunes se tradujo finalmente en que no se llevara a cabo la votación en esa cámara, pero tampoco en la Asamblea.
Sweeney y Coughlin aseguraron que no será el final para la propuesta, que estuvo meses sobre la mesa de negociaciones y que legalizaría el uso de la yerba para mayores de 21 años.
«Tuvimos mas cerca que nunca la meta. Hoy no marca el final del proceso y esfuerzos. Sigo comprometido con promulgar el proyecto», que sirva de «modelo nacional», señaló además el líder de la Asamblea.
El gobernador Murphy había dedicado las últimas semanas junto con otros políticos y representantes de la industria de la marihuana a intentar conseguir los votos que necesitaba para el proyecto, que hubiese establecido un organismo regulador que se encargaría de asignar permisos para los productores y distribuidores y de los impuestos sobre el producto.
Sin embargo, la legislación toca también muchas otras áreas, y una de los más importantes es el del sistema de Justicia, para eliminar los historiales delictivos de personas condenadas por delitos vinculados a la marihuana.
El proyecto proponía también que aquellos que están actualmente en prisión o que tienen multas impuestas puedan solicitar el levantamiento de esas penas y que se prohíba a empresas e instituciones tener en cuenta condenas por marihuana a la hora de evaluar a candidatos.
En Nueva York, el gobernador y también demócrata Andrew Cuomo, tuvo que sacar la propuesta de legalizar el cannabis de la discusión del presupuesto porque tampoco se ha logrado un consenso sobre las diversas áreas que cubre, entre ellas, la de justicia criminal para los que han cumplido cárcel en relación con la marihuana.
También se han manifestado preocupaciones por los efectos en la salud.