¿Qué Son Las Pesadillas Lúcidas Y Por Qué Tienen Gran Potencial Terapéutico?

Al igual que los sueños lúcidos, las pesadillas lúcidas son escenarios de exploración y sanación psiconáutica.

Los sueños lúcidos son aquellos sueños en los que el soñador sabe que sueña y durante al menos algunos momentos, experimenta su sueño -toda su difusión onírica- como presencia consciente. El término fue acuñado en 1911 por Frederik van Eeden, quien también reportó la existencia de «pesadillas lúcidas». La diferencia estriba en que en una pesadilla lúcida el soñador sabe que está soñando pero aun así se ve involucrado en una situación terrorífica, ya sea que esté lidiando con demonios, monstruos, entidades extrañas o con una situación que produce terror. 

En muchas ocasiones las pesadillas son detonadoras de sueños lúcidos, justamente cuando la persona que está sufriendo dramáticamente en el sueño -por el exceso de ese mismo sufrimiento- se da cuenta de que es un sueño y de que, por lo tanto, la situación que le produce terror no es real. En ocasiones despertamos por el miedo; en otras, el miedo o lo extraordinario de la pesadilla nos hace despertar pero dentro del propio sueño, lo cual es muy liberador.

La pesadilla lúcida, sin embargo, es distinta, pues nos enfrenta con una situación que no pierde su cualidad de terror pese a que sabemos que estamos soñando. 

Según un estudio, en el que se analizó a 600 soñadores, las pesadillas lúcidas tienen las siguientes características:

  • Hay conciencia sobre el estado de sueño.
  • No obstante, hay una sensación importante de falta de control.
  • Perdura el miedo intenso.
  • Se presentan personajes violentos que parecieran tener autonomía más allá de la persona que sueña, e incluso deciden de manera contraria a los deseos de la misma persona.
  • Hay una incapacidad para despertar.

En las pesadillas lúcidas se empalman aquellas experiencias conocidas popularmente como la «subida del muerto» y, de manera más científica, la «parálisis del sueño», si bien estas extrañas intrusiones del proceso de REM pueden o no ser pesadillas lúcidas.

Ahora bien, existe un potencial poco explorado con la pesadilla lúcida de sanar o, al menos, de lograr una aceptación y asimilación de las profundidades inconscientes de la mente. Si es que no consideramos que nuestros sueños son mera basura psíquica sin mayor significado, entonces las pesadillas lúcidas podrían reflejar ciertos contenidos que pueden ser traumáticos o arquetípicos, que pueden impedirnos crecer o simplemente estar en paz. Como ocurre con un videojuego, la pesadilla lúcida nos enfrenta con el «monstruo» del final del nivel de una manera que nos permite tomar decisiones con cierta conciencia y de esta forma, si podemos superar y vencer al personaje que nos enfrenta y convertir la pesadilla lúcida en un sueño lúcido, es probable que podamos superar ciertas fronteras y escollos de nuestro inconsciente. Si seguimos la psicología analítica de Jung, hasta que no confrontemos estas profundidades sombrías de nuestra mente difícilmente podremos ser personas completas, realmente individuadas. Así que, si bien uno difícilmente buscaría producir una pesadilla lúcida -a diferencia de un sueño lúcido, que es un deleite psiconáutico-, la pesadilla lúcida nos ofrece una interesante oportunidad de autoconocimiento. Estamos conscientes ante nuestros miedos, y esto es algo único y muy valioso si somos capaces de poner atención.

Con información de Pijama Surf