El éxtasis o MDMA ha causado controversia en el mundo por sus efectos, es una droga muy utilizada entre los jóvenes y los no tan jóvenes que en el afán de pasar un buen rato con amigos o en la fiesta. Alrededor del mundo han habido campañas que lo satanizan hasta considerarlo lo peor.
Sin embargo, la medicina le ha dado un punto a su favor. En 2006, la Universidad de Birmingham realizó estudios al MDMA o éxtasis luego de que a un usuario de esta droga le diagnosticaran leucemia y, al seguir ingiriéndola, las células cancerígenas disminuyeron. El problema fue que para lograr erradicar una buena parte de la enfermedad, se requerían dosis muy altas y pudo haber sido mortal. Al ver el potencial de la droga y al mismo tiempo los peligros de ella, los investigadores se unieron a la Universidad de Western Australia para rediseñar, mediante ingeniería química, el éxtasis; eliminando algunas particularidades que lo hacían mortal y sustituyéndolas por otras. Ese simple cambio ayudó a mejorar el tratamiento contra el cáncer; sin embargo, el MDMA aún no está aprobado como un tratamiento médico.
Los efectos del éxtasis en un paciente con cáncer son positivos, pero ¿qué pasa cuando una persona totalmente saludable consume esta droga? Las alteraciones de esta sustancia son variadas durante y después de haberlo consumido. En un principio puedes experimentar una euforia inmensa, querrás correr, bailar y brincar, pero conforme la droga va saliendo del cuerpo, la excitación disminuye considerablemente.
La euforia y la energía aumentan
Si la consumes y de pronto te dan ganas de hacer todo lo que tenías pendiente, mueres por hacer ejercicio o te dan ganas de salir corriendo, simplemente son los efectos primarios en el cuerpo gracias al aumento de la dopamina.
Aumento del ritmo cardíaco
Igual que la presión arterial, esto se debe al aumento de noradrenalina. Si esto ocurre con frecuencia puede ser riesgoso, en especial para las personas con problemas cardíacos.
Afecta algunas funciones del cuerpo
Puede causar hambre y sueño en exceso debido a la serotonina que se secreta en cantidades excesivas, esto después de la energía exhorbitante que causa al principio.
Menos apetito sexual
La serotonina también afecta a la excitación sexual por la descarga de grandes cantidades de la hormona que, posiblemente, cause cercanía emocional, pero al momento de las relaciones sexuales el libido disminuye.
Los efectos del éxtasis duran aproximadamente de 3 a 6 horas. Muchos consumidores repiten la dosis cuando empiezan a sentir que los efectos disminuyen, entonces el tiempo de duración será más amplio. El MDMA se absorbe con rapidez en la sangre, así una vez que entra, al irse a afecta el metabolismo del mismo, lo que resulta en problemas cardiovasculares y otros efectos tóxicos como la pérdida de apetito, insomnio o irritabilidad. Entonces, cuando la droga sale por completo del cuerpo, estos síntomas se encrudecen y algunos causan daños físicos.
Irritabilidad y agresión
Si el consumo fue excesivo, seguramente se presentarán cuadros de violencia que no disminuirán más que con el paso del tiempo.
Depresión y ansiedad
Ante la desaparición de la euforia, se presenta la depresión que no es más que la ausencia de la droga. Igualmente con la ansiedad; según los expertos, la ansiedad es un síntoma psicológico únicamente, pues el afectado cree que necesita de la droga para esta bien; no obstante, es falso.
De igual manera, el cuerpo reciente la ausencia de la droga que con anterioridad causó una euforia total y posteriormente un gran cansancio. En esta ocasión, la depresión y el estrés generan insomnio, el cual causa problemas en la memoria y la atención, así como en la concentración.
El MDMA puede resultar adictivo, en una encuesta que realizó la Universidad de Cambridge entre consumidores de esta droga, 43 % cumplían con los «requisitos» que debía tener un adicto. Es decir, ese porcentaje podría ser considerado dependiente del éxtasis, mientras que el 34 % lo consume constantemente, pero sin sentirse dependiente. Del 100 % de los encuestados, el 60 % presentó síntomas de abstinencia. Un viaje con MDMA puede ser peligroso, por lo que cabe señalar que quien se atreve a realizarlo debe estar consciente de los síntomas y los riesgos a los que está expuesto, antes y después del consumo.
Así como el MDMA ha ayudado a la cura o rehabilitación del cáncer, otras drogas psicodélicas han sido probadas para prevenir depresión y suicidio.
