En ocasiones, las personas que sufren una intensa agitación y un traumatismo experimentan un profundo cambio. Sienten una nueva y poderosa sensación de bienestar, aprecio y significado. Sus relaciones se vuelven más auténticas e íntimas. Sienten como si hubieran despertado y estuvieran viviendo de una manera más plena e intensa.
De acuerdo con Steve Taylor, psicológico de la Leeds Beckett University, de Reino Unido, la transformación a través de la crisis suele producirse tras un duelo, un diagnóstico de cáncer o un enfermedad grave, un periodo de depresión o adicción, o el encarcelamiento. Sin embargo, menciona que la experiencia más poderosamente transformadora que puede vivir el ser humano es una «experiencia cercana a la muerte».
En este sentido, una experiencia cercana a la muerte (o ECM) se produce cuando una persona está muy cerca de la muerte o realmente muere brevemente en un sentido clínico. Por ejemplo, tras un paro cardíaco, el cerebro y el cuerpo de una persona pueden apagarse durante un breve periodo de tiempo antes de ser reanimados. En muchos casos -alrededor del 20%, según algunos estudios-, las personas informan de que, aunque su cerebro no mostraba signos de actividad, sufrieron una serie de experiencias extraordinarias. Por lo general, cuentan que abandonan su cuerpo y miran desde arriba (a veces describiendo procedimientos médicos con detalles muy concretos), y luego flotan en el espacio, a veces a través de un túnel oscuro hacia una luz. Informan de un enorme bienestar, con sentimientos de conexión y amor. A veces ven un repaso de toda su vida, que pasa en unos pocos segundos.
Aunque las ECM sólo duran unos minutos, casi siempre tienen un efecto transformador. Las personas experimentan un gran cambio de perspectiva y valores. Se vuelven menos materialistas y más altruistas; se sienten más conectados con la naturaleza, con más amor y compasión por los demás. Tienen un mayor sentido de la belleza y a menudo disfrutan de la soledad y la inactividad como nunca antes lo habían hecho.
Ha habido muchos intentos de explicar las ECM como una ilusión o alucinación causada por una actividad cerebral inusual, pero hasta la fecha no ha surgido ninguna explicación convincente. Algunos psicologías mencionan que, el hecho de que las experiencias casi siempre traen consigo una transformación poderosa y permanente sugiere fuertemente que no son una ilusión. Las ilusiones rara vez, o nunca, cambian la vida.
Psicodélicos y ECMs
Un reciente estudio sobre los efectos transformadores de las Experiencias Psicodélicas y las Experiencias Cercanas a la Muerte, realizado por investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins (EE.UU.), analizó las experiencias de más de 3,000 personas que informaron de cambios en su actitud después de haber consumido psicodélicos (como el LSD, la psilocibina, el DMT y la ayahuasca) o haber tenidos Experiencias cercanas a la muerte. Ambas experiencias aportaron una actitud más positiva y de aceptación de la muerte, con menos miedo.
Sin embargo, había algunas diferencias entre los dos grupos. Ambos tipos de experiencias se describieron como espirituales o místicas, con un sentido de unidad, trascendencia, sacralidad y asombro, pero estos elementos eran más fuertes en las experiencias psicodélicas. Sin embargo, es más probable que las ECM se describan como «las más significativas, espirituales, perspicaces y desafiantes de sus vidas».
¿Por qué las ECM y los psicodélicos son transformadores?
Las ECM y las experiencias psicodélicas tienen características muy diferentes. Los elementos comunes de las ECMs incluyen viajar a través de la oscuridad hacia una luz (o un lugar trascendente), alcanzar una frontera o punto de no retorno, encontrarse con familiares fallecidos o una revisión de la vida. Pero estos elementos no aparecen en los viajes psicodélicos. Así que puede parecer extraño que tengan efectos transformadores similares.
Sin embargo, ambas experiencias nos llevan más allá de las limitaciones de nuestra conciencia normal. Nuestro estado normal es ver el mundo a través de un filtro de pensamientos y conceptos, con un flujo interminable de asociaciones que pasan por nuestra mente. A través de este filtro, nuestro entorno cotidiano nos parece familiar y mundano. También tenemos la sensación de vivir en una dualidad con el mundo, dentro de nuestras mentes y cuerpos con el resto del mundo «ahí fuera».
En las ECM y los psicodélicos, el mundo se convierte en un lugar completamente diferente. Se vuelve mucho más real y hermoso. Tenemos una sensación de conexión o incluso de unidad con las cosas y con el mundo en general. Tenemos una sensación de significado y armonía, que parece ser una cualidad natural y obvia del mundo. Esta mayor conciencia tiene una poderosa cualidad reveladora. Nos cambia de forma fundamental y permanente.
Por supuesto, las ECM aportan mucho más que esto. También implican un encuentro cercano con la muerte, que en sí mismo puede ser transformador, haciéndonos conscientes de la preciosidad y fragilidad de la vida. Muchas personas que tienen una ECM sienten que realmente han muerto durante un breve periodo de tiempo, lo que en parte explica que desarrollen una actitud más positiva hacia la muerte. Probablemente por ello, el estudio mencionado anteriormente encontró que las ECM eran más transformadoras que las experiencias psicodélicas.
La frecuencia de la transformación
Vale la pena recordar que no todas las experiencias psicodélicas -o incluso la mayoría- cambian la vida. En el estudio anterior, no se habla de la frecuencia con la que los psicodélicos tienen ese efecto. Por lo que sabemos, los participantes pueden haber tenido otras experiencias psicodélicas que no les afectaron profundamente. Por el contrario, las ECMs son casi siempre transformacionales.
Los viajes psicodélicos no deben realizarse a la ligera. Pero, en las circunstancias adecuadas, pueden ser casi tan reveladores como las experiencias cercanas a la muerte.
