En la lucha contra el narco y las adicciones, el gobierno federal ya tiene a su principal objetivo: el crystal, una variedad de metanfetamina adictiva y de fácil producción.
«El combate a su comercio y consumo tendrá la mayor prioridad como problema social, de salud pública y de seguridad, dada la violencia que su consumo genera», indica la Estrategia Nacional de Seguridad Pública, enviada por el Ejecutivo al Senado, que deberá ser avalada en próximos días.
La Estrategia Nacional de Seguridad Pública se conforma de ocho ejes prioritarios que van desde erradicar la corrupción, garantizar el empleo, educación, salud y bienestar a la población hasta la regeneración ética de la sociedad y reformular el combate a las drogas.
Como parte de una reformulación del combate a las drogas, plantea la necesidad de levantar la prohibición de algunos de estos estupefacientes, ya que advierte que «la prohibición de ciertos estupefacientes por parte del poder público es ya, desde cualquier punto de vista, insostenible».
«Las prohibiciones actuales son tan discrecionales y arbitrarias que se aplican a la cocaína, la mariguana, la heroína, las metanfetaminas y el ácido lisérgico, pero no afectan la producción y la comercialización de alcohol, tabaco, bebidas con contenido de taurina y cafeína y el consumo, regulado o no, de ciertos antidepresivos y somníferos.
La única posibilidad real de reducir los niveles de consumo de drogas reside en reorientar de manera negociada y bilateral (con Estados Unidos) los recursos destinados a combatir su trasiego y aplicarlos en programas, masivos, pero personalizados, de reinserción y desintoxicación».
Guardia Nacional
De acuerdo con el documento de 79 cuartillas, la creación de la polémica Guardia Nacional, por la participación del Ejército y la Marina, será pilar de la seguridad pública, la seguridad nacional y la paz, «ante la carencia de una institución policial profesional y capaz de afrontar el desafío de la inseguridad y la violencia.
«Estas circunstancias llevan a proponer que, sin abandonar sus misiones constitucionales de velar por la seguridad nacional y la integridad territorial del país —incluidos su espacio aéreo y el mar patrimonial—, la preservación de la soberanía nacional y la asistencia a la población en casos de desastre, nuestras Fuerzas Armadas participen en la construcción de la paz por medio de un papel protagónico en la formación, estructuración y capacitación de la Guardia Nacional».