Es la segunda ciudad más importante de Kenia. Mombasa, que cuenta con el puerto más importante del este de África, se ha convertido en una nueva ruta para el tráfico de estupefacientes, especialmente la heroína y cocaína procedente de Asia y América Latina que busca dirigirse a Europa. En esta edición de Reporteros conoceremos cómo están actuando las autoridades y por qué la situación se está convirtiendo en un problema de salud pública para los habitantes de ese país.
Kenia se ha convertido en una de las paradas obligadas en la costa oriental de África. Pero una de sus ciudades, Mombasa, se ha transformado en un ‘hub’ de distribución (como se le conoce en el mundo aeronáutico a los aeropuertos donde distribuyen turistas) para el tráfico de estupefacientes procedentes de Pakistán (heroína) y América Latina (cocaína).
Esta ha sido una nueva ruta adoptada por los narcotraficantes internacionales por muchas razones. La principal es que Kenia posee una larga costa generalmente mal vigilada que permite la fácil introducción de drogas en el país.
«Recibimos la droga en Kenia y la enviamos desde ahí. Es fácil, más fácil que en cualquier otro país de África. En Kenia, es realmente muy fácil recibirla», dijo uno de los narcotraficantes bajo condición de anonimato a los reporteros de France 24.
Crisis de salud pública y de institucionalidad policial
A pesar de los esfuerzos de las autoridades la situación se está saliendo de control. La presencia de grandes cantidades de drogas en el país ha traído como consecuencia un aumento entre los consumidores, algo que ha derivado no solo en el incremento de los casos de violencia sino en el crecimiento del número de pacientes con hepatitis C y VIH.
«Los consumidores de drogas no pertenecen a una clase social en particular. Algunos son educados, otros dejaron la escuela, tienen problemas diferentes… incluso algunos tienen un trabajo (…) ¿cómo empezó todo? Fue por culpa del turismo. Al principio los meseros de la playa eran los únicos afectados por la droga. Sin embargo, desde entonces, todo se salió de control y todo el mundo tiene acceso», dijo Bakari Ali, asesor de Reach Out Center.
El Gobierno ha desplegado unidades policiales en las calles para disminuir el tráfico y capturar a los principales involucrados.
«Tenemos muchos equipos en el terreno, sobre todo en el condado. Hacen requisas y arrestan a las personas sobre las que tienen informaciones. Esas informaciones provienen de los servicios de inteligencia y el público. Cuando las tenemos, siempre los arrestamos lo antes posible», dijo Johnstone, jefe de la policía de Mombasa.
A pesar de los esfuerzos de las autoridades, los propios uniformados realizan frecuentes denuncias sobre la presencia, dentro de los cuerpos policiales, de personas que están relacionadas con los grupos de narcotraficantes.
«Cuando los llevamos a la comisaría algunos jefes nos amenazan. Nos dicen que nos van a trasladar a regiones donde hay terroristas. Algunos jefes reciben coimas de los grandes narcotraficantes», dijo un policía que prefirió mantenerse en condición de anonimato.