Menos cultivos, más cocaína: La paradoja de la droga en Colombia

Un reciente estudio de la ONU muestra que Colombia experimentó una ligera disminución en los cultivos de coca entre 2017 y 2018, pero esto no ha tenido un impacto significativo en la producción de cocaína, la cual ha seguido aumentando.

Según el estudio de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (United Nations Office on Drugs and Crime, por sus siglas en inglés UNODC) publicado el 5 de agosto, entre 2017 y 2018 los cultivos ilegales en Colombia disminuyeron en dos mil hectáreas, pasando de 171.000 en 2017 a 169.000 en 2018.

Esta es la primera vez que la agencia de Naciones Unidas reporta una disminución desde 2014.

La reducción se concentró en los departamentos de Nariño, Putumayo y Guaviare, mientras que en los departamentos de Norte de Santander, Bolívar y Cauca se registraron aumentos.

Sin embargo, el representante de UNODC en el país, Pierre Lapaque, dijo que “Colombia aún está en los niveles de cultivos de coca más altos”.

A finales de junio, la Oficina de la Casa Blanca para la Política Nacional de Control de Drogas (Office of National Drug Control Policy, ONDCP) publicó un informe en el que se afirma que los cultivos de coca disminuyeron en mil hectáreas entre 2017 y 2018.

Sin embargo, el documento de UNODC aclara que, a pesar de esta disminución en los cultivos de coca, la producción de cocaína en Colombia aumentó levemente, pasando de 1.058 toneladas en 2017 a 1.120 en 2018.

Análisis de InSight Crime

Colombia enfrenta una paradoja: aun con menos hectáreas cultivadas, la producción de cocaína está en aumento.

Esta contradicción refleja las dificultades que enfrenta la estrategia antidrogas de Colombia. Hasta ahora, el gobierno ha acreditado su plan antidrogas Ruta Futuro para reducir la cantidad de hectáreas de cultivos de coca, con cierto éxito. Pero aunque Ruta Futuro se ha vendido como un plan que abordará todos los aspectos de la lucha contra las drogas en Colombia, este no ha podido hacer la misma mella en la producción de cocaína.

Este incremento sostenido en la producción de cocaína se ha reflejado en continuos decomisos de varias toneladas de la droga en todo el mundo. En junio, las autoridades estadounidenses incautaron 15 toneladas de cocaína en el puerto de Filadelfia. Eso sucedió pocos meses después de que en febrero se hallaran 1,4 toneladas de la droga en el puerto de Nueva York.

Y Colombia sigue siendo el país con la mayor cantidad de cocaína incautada en el mundo, aunque la cantidad total de incautaciones se redujo en 4,7 por ciento, pasó de 434,7 toneladas en 2017 a 414,5 toneladas en 2018.

Según UNODC, el aumento en el potencial de producción de cocaína está relacionado con la concentración de los cultivos de coca en zonas más aptas del país y en el uso de hojas de coca de mayor rendimiento. El informe destaca cuán concentrada está la producción de coca en Colombia, con 44 por ciento de los cultivos del país ubicados en solo 10 municipios.

Esto parece demostrar que la erradicación de las hectáreas de coca, una política principal del Estado colombiano, que se ha propuesto erradicar 80.000 hectáreas para 2019, no necesariamente disminuye la producción de cocaína, y además puede crear conflictos entre los erradicadores y las poblaciones que tienen los cultivos de coca.

Según un experto en la producción de cultivos de coca colombiano, que habló con InSight Crime bajo condición de anonimato, los mejores resultados en la lucha contra las drogas se obtienen atacando la cadena de producción, ya sea con las incautaciones de los insumos utilizadas para producirla, como el cemento y la gasolina, o con la destrucción de los laboratorios donde se obtiene.

Con Información de InSight Crime