Cientos de brasileños marcharon el día sábado por el centro de Sao Paulo, la mayor ciudad del país, a favor de la legalización de la marihuana y para exigir, por lo menos, la despenalización del consumo personal de dicha sustancia.
Esta última demanda podría verse cumplida en los próximos días, pues la Corte Suprema de Brasil tiene previsto retomar el miércoles el análisis para decidir si despenaliza o no el consumo personal de sustancias consideradas ilícitas.
La máxima corte del país empezó a debatir el asunto en 2015, pero la sesión fue suspendida por tiempo indeterminado cuando tres de los once jueces que integran el pleno ya habían votado a favor de la despenalización del porte y consumo personal de drogas.
Lo que se discute es la constitucionalidad o no del artículo 28 de la Ley de Drogas, que prevé penas para «quien adquirir, guardar, tener en depósito, transportar o llevar consigo» drogas ilegales para consumo personal.
En este sentido, bajo el lema «Para el pueblo vivo y libre, legalicen», cientos de brasileños recorrieron este sábado la Avenida Paulista para presionar a los jueces del Supremo a que, al menos, despenalicen el consumo personal.
Marcelo Gutiérrez, de 33 años y médico de profesión, afirmó a Efe que la marcha tiene «mucha importancia» porque la marihuana es, en su opinión, «una sustancia muy estigmatizada», pero que en el área de la medicina «tiene muchas aplicaciones en muchas enfermedades».
«Es importante investigar, hacer ensayos clínicos para tener un mayor conocimiento porque los principios activos del cannabis son muy favorables para tratar muchas enfermedades, pero tenemos que investigar más y ¿cómo se investiga? Cuando sea legal», añadió.
Por su parte, Lauro Pontes, psicólogo de 42 años y coordinador de la asociación AbraCannabis, se mostró igualmente favorable al uso de esa sustancia para tratar a algunos pacientes.
«Y para ello es necesaria la despenalización, por eso estamos aquí apoyando la marcha de Sao Paulo, como también estuvimos en la de Río de Janeiro, y luchando para que por lo menos despenalicen la marihuana», expresó a Efe.
Según los dados más recientes del Ministerio de Justicia, recogidos por la asociación Conectas, el 26,5 % de la población carcelaria masculina y el 62 % de la femenina responde por delitos relacionados con el tráfico de drogas.
De 2006, cuando se publicó la Ley de Drogas, hasta 2017, la población carcelaria creció en Brasil un crecimiento de más de un 80 % hasta totalizar alrededor de 730.000 personas, ocupando el tercer puesto en la clasificación mundial.
Igualmente, los presos con base en la Ley de Drogas saltaron de los 47.000 en 2007, hasta los más de 200.000 en 2016.