Así Fue Como Lenny Kravitz Conoció La Marihuana Y A Led Zeppelin Al Mismo Tiempo

La mezcla de la marihuana y ‘Black Dog’ me elevó. El cielo se abrió. El mundo se hizo más grande y más bonito.”

En su biografía, Kravitz narra como fue la primera vez que fumo marihuana y descubrió la música de Led Zeppelin, y cómo ese acontecimiento marcaría su vida.

La historia comenzó cuando el músico estaba con dos amigos de su instituto en una iglesia abandonada durante un rato libre. Así cuenta cómo esta experiencia le cambió la vida, tal y como refleja la prestigiosa Rolling Stone.

Durante nuestra escapada de la escuela, en aquel patio desierto, mi amigo Shannon se hizo un porro, lo encendió y nos lo pasó a mi otro amigo, Derek, y a mí», cuenta Kravitz. «Había probado la marihuana un par de veces antes, pero nunca me había hecho sentir así. Me pegué una calada y exhalé. Todavía no me hacía nada. Shannon me dijo que tenía que aguantarlo más. Lo hice y, esta vez, algo cambió. Justo cuando le pegué aquel tiro, Derek puso un casete en su reproductor.

Fue justo en este momento. Quizás fue El Momento. Mi cabeza explotó. Mi mente voló en pedazos con el sonido de la guitarra chillona, de la increíble voz, de la fuerza de su ritmo. Fue como si me dieran una patada en el culo. Ni siquiera había oído hablar de Led Zeppelin. Aún no conocía los nombres de Robert Plant, Jimmy Page, John Paul Jones y John Bonham. Todo lo que sabía era que su música electrificaba cada célula de mi cuerpo. La mezcla de la marihuana y ‘Black Dog’ me elevó. El cielo se abrió. El mundo se hizo más grande y más bonito. Estaba bien jodido».

Eso sí, la experiencia no fue del todo buena, porque el futuro músico aún seguía colocado cuando le tocó volver a clase. Aparentemente, consiguió que le dejaran ir al baño, se echó agua en la cara y se preguntó a si mismo: «¿Se me pasará esto en algún momento?.

Incluso aunque nada divertido había pasado, me dio un ataque de risa. Después me vinieron los «munchies», podría haberme comido una montaña de pizzas. Volví a clase, todavía colocado pero capaz de esconderlo. El primer día en el que me coloqué hasta ese punto, aprendí a mantenerme. Esta habilidad me serviría regularmente en los años venideros:

“El mismo día y al mismo tiempo, me convertí en un porreta y en un ‘Ledzeppelineta’. Antes de que acabara la semana, ya había comprado todas las grabaciones de Led Zeppelin. La marihuana y el rock and roll se convirtieron en mi dieta habitual…… fumaba desde que me despertaba hasta que me dormía. Luego tuve que dejar de fumar y lo hice”.

Foto Mathieu Bitton / Billboard