Ese día, cuando Willie Nelson llegó a su casa y la encontró en llamas, se metió entre las llamas para salvar dos cosas… ahí es donde la historia se convierte en materia de leyenda.
Nelson ha contado muchas veces la historia de cuando iba de regreso de Nashville a su casa a su casa en Ridgetop, Tennessee, al llegar a su propiedad, la encontró en llamas.
«Para cuando llegué allí, estaba ardiendo de verdad», dijo Nelson a la revista People, «pero tenía una libra de hierba colombiana dentro. No estaba siendo valiente corriendo allí para conseguir mi hierba, estaba tratando de evitar que los bomberos la encontraran y me entregaran a la policía».
Además de su hierba, Nelson también rescató su famosa guitarra, Trigger, pero perdió más de 100 cintas de canciones que aún no había grabado. El incidente marcó un punto de inflexión en su vida y su carrera. Había estado luchando durante años para establecerse como artista discográfico en Nashville, donde tenía un historial de escribir canciones de éxito para otros artistas. Pero la música y la imagen de Nelson a menudo estaban reñidas con la imagen del «Nashville Sound» que dominaba la Ciudad de la Música en esa época, y después del incendio, decidió trasladarse a Austin, Texas, donde cambió drásticamente su sonido y empezó a lucir el aspecto de pelo largo que se convertiría en su marca registrada.
El resultado fue una renovación de la carrera de Nelson, que comenzó a profundizar y hacer el tipo de música que siempre había soñado. En 1973 lanzó Shotgun Willie, que se convirtió en un clásico. Le siguió una década de trabajo que incluyó Red Headed Stranger, Stardust y Always on My Mind, entre otros, y terminó con Nelson como una de las mayores estrellas de la música country.
A lo largo de los años, Trigger se asoció tan ampliamente con Nelson que es casi difícil imaginarle tocando cualquier otra cosa que no sea el viejo y maltratado instrumento, y por supuesto, la continua afición y defensa de Nelson por la marihuana está ampliamente documentada.
