La Marihuana Como Puerta De Entrada A Drogas Más Fuertes… Rompiendo El Mito

La teoría de que el consumo de marihuana es la puerta de entrada a drogas duras como la heroína, la cocaína o la metanfetamina se basa en que supuestamente existe un mecanismo que biológicamente sensibiliza a los usuarios de cannabis, haciéndolos más dispuesto o deseosos de consumir drogas más fuertes.

Sin embargo, la hipótesis no tiene sentido para aquellos que usan marihuana. La investigación muestra que la gran mayoría de los consumidores de marihuana no se ven envueltos en el consumo de drogas duras. La mayoría de los consumidores de marihuana lo dejan de hacer o reducen su consumo al entrar a la adultez o al ingresar a un mundo laboral formal.

Explicando el uso de drogas duras

Al analizar lo que actúa como una «puerta de entrada» al consumo de drogas duras, hay una serie de factores en juego. Ninguno implica la marihuana.

Según muchas investigaciones, la pobreza y entorno social son una puerta de acceso a drogas más fuertes. El relacionarse con personas que consumen drogas duras aumenta las probabilidades de que un consuma el mismo tipo de drogas. Ciertas enfermedades mentales, tales como la personalidad antisocial y el trastorno bipolar, predisponen a algunas personas a consumir drogas duras. Otra investigación señala que la penalización y la prohibición son una de las principales puertas de entrada a drogas más duras.

Con tanta investigación desafiando la teoría de la puerta de entrada, es importante examinar y desmentir el mito de los que afirmar que la marihuana es la puerta de entrada a otras drogas.

Pero ¿qué pasa con toda esa evidencia?

La mayoría de las investigaciones que relacionan la marihuana al consumo de drogas duras marcan una correlación entre los dos. Sin embargo, como cualquier científico puede decir, la correlación no implica causalidad.

El modelo de enfermedad cerebral, que describe los cambios en el cerebro durante la progresión del consumo de drogas adictivas, actualmente recibe mucha atención como un vínculo causal potencial de la teoría de la puerta de entrada. Por ejemplo, en un artículo de 2014 publicado por la Dra. Jodi Gilman, informó que incluso el consumo de pequeñas cantidades de marihuana se asocian con «alteraciones de los sistemas de recompensa del cerebro» de los consumidores jóvenes. El razonamiento es que esto predispone a usar otras drogas.

Sin embargo, otros investigadores no tardaron en señalar los defectos del estudio de la Dra. Gilman, tales como la falta de controles cuidadosos para el alcohol y otras drogas por aquellos cuyos cerebros fueron estudiados. No obstante, la investigación de la Dr. Gilman continúa siendo citado en los medios de comunicación, mientras que los que los que la refutaron son ignorados.

En otro estudio que apoya la teoría de la puerta de entrada, los autores admiten las limitaciones en su estudio: menciona que excluyen a los consumidores de cocaína más jóvenes del análisis, así como los consumidores de cocaína de más edad que nunca habían usado marihuana. Esto significa que aquellos casos que podrían proporcionar pruebas para desmentir la teoría de la puerta de entrada se quedaron fuera del análisis.

Por otro lado, hay una gran cantidad de investigaciones que demuestras que la teoría de la puerta de entrada es completamente errónea o falsa. Por desgracia, no les quieren dar la acreditación que debieran por que gran parte de ellas proceden de organizaciones que promueven la legalización de la marihuana.

Una puerta de entrada a la cárcel

Los estudios muestran consistentemente que la experiencia traumática de ser detenido y encarcelado por posesión de marihuana es el aspecto más dañino de la marihuana entre los jóvenes. Arresto por posesión puede resultar en problemas devastadores a menudo permanentes legales y sociales, especialmente para las familias jóvenes de minorías y de bajos ingresos.

La marihuana como puerta de entrada-salida de drogas duras

En muchos de los debates sobre la se han mostrado estudios que demuestran la cuan beneficioso es la marihuana para el tratamiento de los adictos al alcohol y otras drogas como los opiáceos.

Estos se han ignorado en gran medida. Sin embargo, ahora que la marihuana se ha convertido en legal para fines médicos en algunos países, una nueva investigación ofrece resultados importantes que no pueden ser ignorados.

El crimen no se ha incrementado en los estados que han legalizado la marihuana; en realidad está bajado. Sorprendentemente, las muertes por sobredosis de opiáceos han bajado también.