El gobierno federal de los EE.UU. planea dar un gran impulso a la investigación de la marihuana este año mediante el cultivo de dos toneladas de cannabis para estudio científico.
Durante años, la Dirección de Lucha contra las Drogas (DEA) y el Instituto Nacional sobre el Uso Indebido de Drogas (NIDA) se han comprometido a aumentar la cantidad de cannabis cultivado con fines de investigación. Ahora por fin están poniendo en práctica esas palabras. La semana pasada, el NIDA anunció planes para cultivar dos toneladas (4,000 libras) de cannabis con grado de investigación este año en apoyo de estudios de cannabis aprobados por el gobierno federal. Es la mayor cantidad de cannabis que han cultivado en los últimos cinco años.
Si bien el aumento de la oferta de cannabis es una victoria para los investigadores del cannabis, hay una advertencia decepcionante en esta noticia. Toda la marihuana aprobada por el gobierno provendrá de un solo lugar de cultivo: la Universidad de Mississippi, que durante mucho tiempo ha sido criticada por producir cultivos por debajo de la media que no reflejan lo que los consumidores están usando en realidad.
Durante 50 años, la Universidad de Mississippi ha sido el único productor de cannabis aprobado federalmente en América. Durante ese tiempo, la genética del cannabis ha evolucionado a pasos agigantados. Los perfiles de terpenos de las cepas se han vuelto más complejos que nunca, y la potencia de los cogollos ha aumentado sustancialmente a medida que los productores han encontrado formas de mejorar el contenido de THC de sus plantas. Sin embargo, Ole Miss sigue cultivando cosechas que son más similares a la hierba consumida en los años 60 y 70 que las que los consumidores de cannabis fuman, vaporizan y comen hoy en día.
La DEA ha prometido abordar ese problema ampliando el número de zonas de cultivo de cannabis, pero la administración aún no ha cumplido esa promesa. Como resultado, los investigadores han comenzado a reprender a los federales por su fracaso en modernizar la investigación sobre la marihuana.
El Scottsdale Research Institute en Arizona, por ejemplo, ha pedido a un tribunal de apelaciones en Washington, DC que obligue a la DEA a procesar más de dos docenas de solicitudes de cultivo que han languidecido en el limbo burocrático durante años. Por lo tanto, no hay escasez de empresas dispuestas a empezar a cultivar más cannabis de calidad de investigación. El problema es que la DEA parece no estar dispuesta a dar a los científicos las herramientas que necesitan para llevar a cabo una mejor investigación sobre el cannabis.
Pero eso podría cambiar en un futuro próximo. Si el tribunal se pone de parte del Scottsdale Research Institute, la DEA se vería obligada a ampliar el número de productores con licencia en Estados Unidos.