Huachuma: El Cactus Psicoactivo De Los Cuatro Vientos

Las plantas psicoactivas tienen una larga historia en muchas de las culturas ancestrales del mundo. En este post te contamos sobre el cactus de los Cuatro Vientos, una especie psicoativa nativa de Sudamérica, sus orígenes y la leyenda acerca de sus propiedades.

 

Las plantas psicoactivas tienen una larga historia como medicina y como ingrediente fundamental de prácticas religiosas o espirituales en muchas de las culturas más ancestrales del mundo.

Se cree que los nativos americanos, por ejemplo, han consumido peyote, un pequeño cactus sin espinas y rico en mescalina, durante más de 5.000 años. Los indígenas del Amazonas recurrían a la ayahuasca, un brebaje hecho con plantas autóctonas rico en dimetiltriptamina, como elemento principal de sus ceremonias rituales durante siglos.

Pero existe una planta psicoactiva considerada superior a todas las demás. Una rara especie de cactus, conocida como Cactus de los Cuatro Vientos, parece contener enormes cantidades de mescalina y otros alcaloides, proporcionándole beneficios únicos para la salud y propiedades psicoactivas.

Sigue leyendo para descubrir más sobre este cactus sudamericano tan especial, sus orígenes y las leyendas en torno a sus poderes.
Y lo mejor de todo, esperamos poder ofrecer el cactus de los Cuatro Vientos en un futuro próximo, así que atento a nuestras novedades si quieres probarlo por ti mismo.

LA LEYENDA DEL CACTUS DE LOS CUATRO VIENTOS

El cactus de los Cuatro Vientos es una variedad especial de cactus endémica de Sudamérica. Su clasificación concreta, como veremos más adelante en este artículo, todavía se debate. Su capacidad psicoactiva es, sin lugar a dudas, de otro planeta.

El antropólogo y etnobotanista Wade Davis la describe como «una planta tan potente que podría aniquilar tu consciencia, transformar el cuerpo en espíritu y abrir los cielos en canal». El historiador italiano Mario Polia dice que quien se encuentre con un cactus de los Cuatro Vientos se considerará «un gran chamán o destinado a convertirse en uno».

Este cactus extremadamente infrecuente, caracterizado por tener sólo cuatro nervios a lo largo de su tallo, ocupa un lugar de privilegio en las culturas ancestrales de Perú, Ecuador y Bolivia.

Las primeras referencias al cactus de los Cuatro Vientos datan de hace miles de años. A finales del siglo pasado, la arqueóloga peruana Rosa Fung, excavó lugares de culto en Las Aldas, un gran yacimiento arqueológico situado a unos 300km de Lima, Perú, fechado en torno al año 2.200 antes de Cristo.

Según El Mundo Mágico, sus excavaciones desvelaron restos del famoso cactus en forma de puros.

Un grabado en un templo prehistórico, vasijas de cerámica y textiles datados del siglo XIII a.C. son referencias utilizadas habitualmente para demostrar el papel del cactus de los cuatro vientos en estas culturas ancestrales.

 

El grabado del templo fue hallado en Chavín de Huantar, un espacio arqueológico ocupado por los Chavín, una cultura pre-índica muy importante. En él se aprecia un ser mitológico que sostiene un cactus en su mano derecha extendida.

El ser tiene garras de jaguar saliendo de sus pies y se considera como una prueba de que los Chavín participaban en cultos en honor al jaguar como dios. El hecho de que esa criatura sostenga un cactus de los cuatro vientos sugiere que la planta era un pilar central de las ceremonias religiosas practicadas por esta cultura.

De acuerdo a El Mundo Mágico, los textiles de la cultura Chavín, que datan del primer milenio antes de Cristo, también muestran el cactus asociado a un jaguar y a un colibrí. En su libro, «El chamán de los Cuatro Vientos» el arqueólogo estadounidense y profesor de la Universidad de California Douglas Sharon, habla del gran significado que esos animales representaban para los chamanes de la época.

«El colibrí, el jaguar y el ciervo no son animales ajenos al mundo chamánico. Los curanderos actuales informan sobre cómo el colibrí representa la capacidad chamánica de extraer el mal de ojo de un paciente afectado por la brujería», escribe Sharon.

En su libro, dedica un capítulo entero al cactus de los Cuatro Vientos y la exploración de su papel en el mundo prehistórico.

«Los cactus de cuatro nervios, como los tréboles de cuatro hojas, se consideran muy escasos y afortunados, se cree que tienen propiedades curativas especiales porque se corresponden con los cuatro vientos y las cuatro vías de poderes supernaturales asociados con los puntos cardinales invocados en los rituales curativos», explica.

Los curanderos nativos peruanos creen que los cuatro vientos representan los cuatro puntos cardinales de la brújula: Norte, un lugar de poder y gran magnetismo, que simboliza el Polo Norte; Sur, un lugar de acción y fortaleza, que simboliza los fuertes vientos del Sur; Oeste, un lugar de muerte, donde el sol muere en el mar, y Este, un lugar para el renacimiento, donde éste resurge de nuevo.
Los incas también dividieron su imperio en cuatro regiones y construyeron cuatro caminos que iban desde Cuzco a cada división. Según El Mundo Mágico, los cuatro cuadrantes del imperio se unían en Cuzco, considerado como el centro del mundo, al igual que Delphi para los antiguos griegos.

IDENTIFICAR EL CACTUS DE LOS CUATRO VIENTOS

El cactus de los Cuatro Vientos se describe históricamente como un cactus con cuatro nervios cuya taxonomía concreta es ampliamente debatida.

 

El proceso de distinguir entre especies de cactus diferentes, aunque aparentemente similares, es muy complejo y tedioso. Según Vice, los taxonomistas dedicados a clasificar distintas especies de Trichocereus, el género del cactus de los Cuatro Vientos, tendrán en cuenta la altura y anchura máximas de la especie, el número de nervios y espinas (así como su longitud, diámetro y ángulo) y muchas otras variables.

El artículo de El Mundo Mágico al que hacemos referencia a lo largo de este artículo, defiende que el cactus pertenece a la especie San Pedro (Echinopsis pachanoi), un tipo de cactus conocido por contener una variedad de alcaloides, entre ellos la mescalina, que le confieren sus efectos psicoactivos.

Sin embargo, el análisis químico muestra que el cactus columnar de Bolivia (Echinopsis lageniformis) contiene niveles de mescalina mucho más elevados que el San Pedro. Por tanto, es más que probable que el Cactus de los Cuatro Vientos realmente sea una antorcha boliviana.

Los ejemplares de cuatro nervios son extremadamente escasos, por lo que los curanderos nativos de Perú, Ecuador y Bolivia usan habitualmente cactus de hasta siete nervios.

Fuente: Zamnesia