La xilacina, conocida también como droga zombie, ha sido designada por Estados Unidos como una «amenaza emergente», siendo la primera vez que una sustancia recibe esta categoría en la historia del país. La medida permitirá a los legisladores utilizar los fondos solicitados por el presidente Biden para los presupuestos de 2024, para combatir la creciente presencia de la droga en el mercado ilegal. La detección de xilacina por parte de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA) ha aumentado casi un 200% en el sur del país y más del 100% en el oeste, entre 2020 y 2021.
La xilacina, aprobada en 1972 por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) para su uso como sedante y analgésico veterinario, causa estragos en las personas que la consumen. Su consumo puede ralentizar la respiración y el ritmo cardíaco de las personas hasta niveles peligrosos y causar infecciones que pueden provocar la amputación de las extremidades.
La designación como una amenaza emergente obliga al gobierno estadounidense a presentar un plan de acción al Congreso en los tres meses siguientes. El plan abordará varias áreas, incluyendo más pruebas para detectar la droga, análisis para entender mejor de dónde viene y luchar contra su creciente presencia en el mercado ilegal, y la investigación médica para identificar los enfoques más prometedores para la estabilización clínica, la gestión de la abstinencia y los protocolos de tratamiento. Además, la búsqueda de un antídoto es una prioridad ya que la naloxona, aprobada a finales de marzo por la FDA, no es eficaz contra la xilacina.
