El Mundo Decide Esta Semana Si Se Avanza En Regulación Del Cannabis

Gran incertidumbre en torno a la 63 Sesión de la Comisión de Estupefacientes de la ONU que desde este lunes debatirá si suaviza la fiscalización internacional de la marihuana para facilitar su uso medicinal.

La Comisión de Estupefacientes de la ONU abordará desde este lunes en Viena la propuesta de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para suavizar la fiscalización internacional del cannabis y facilitar su uso medicinal, una votación que aplazó el pasado año y que éste se presenta con una gran incertidumbre sobre su resultado debido a las fuertes discrepancias y el secretismo que mantienen los países participantes.

Casi 60 años después de que la Convención sobre Estupefacientes de 1961 incluyese al cannabis en su Lista IV de fiscalización internacional, la reservada para las sustancias más peligrosas, como la heroína, la organización mundial podría dar marcha atrás, sacar la planta de la marihuana de esa clasificación y dejarla únicamente en la Lista I, a la que se aplica un control más liviano que facilita el acceso para usos médicos, científicos y farmacológicos como el que se aplica a la morfina. Eso, y el futuro legal de los extractos y los componentes como el cannabidiol, van a ser debatidos en Viena entre el lunes y el viernes de esta semana en la 63 Comisión de Estupefacientes, donde 53 países tienen derecho a voto.

Las decisiones de la Comisión de Estupefacientes relacionadas con la Convención de 1961 –la que afecta a la fiscalización del cannabis- se toman por mayoría simple de los países miembros que voten, ya que a los que se abstienen se les considera no votantes y no computan.

Kenzi Riboulet-Zemouli, experto sobre políticas internacionales del cannabis que ha asistido ya a seis reuniones anuales de la Comisión de Estupefacientes, ha abierto una web para monitorear las posiciones de todos los países participantes en la 63 sesión que comienza este lunes, agrupados en cinco bloques geográficos: América Latina y Caribe, África, Asia, Europa del Este y el Occidental, que incluye a la UE, EEUU, Reino Unido, Canadá y Australia. Y hace una semana ya estuvo en Viena para asistir a una reunión preparatoria de la comisión, donde pudo apreciar la dificultad que hay para llegar a un consenso: el encuentro público de los representantes de los países miembros sólo duró 45 minutos para evitar más tensiones en torno a un tema que sigue dividiendo mucho a la comunidad internacional.

En la web de monitoreo se pueden consultar las posiciones más o menos concretadas de cada país ante esta comisión crucial para el futuro del cannabis en el mundo, aunque una buena parte sigue escondiendo sus cartas y aún no ha hecho pública su postura en este tema, como es el caso de Estados Unidos, Reino Unido, Australia, Canadá o Colombia, donde, paradójicamente, ya se han aprobado leyes que han regularizado a mayor o menor escala el uso de la planta de la marihuana para su uso medicinal y terapéutico, y en algún caso también recreativo.

Así, se puede observar que Japón propone aplazar nuevamente la votación sobre la fiscalización del cannabis, ya que asegura que aún no tiene evidencias científicas sobre los beneficios terapéuticos del uso de esta planta y teme que una «relajación» suponga un «riesgo» para la salud pública, aunque no ve tan mal los cambios referidos al uso médico de algunos componentes. O que China se opone rotundamente a cualquier cambio, ya que, a su entender, se reduciría la percepción de la opinión pública «sobre la gravedad de los peligros» que entraña esta sustancia, y que Rusia considera que una flexibilización sólo conduciría a aumentar el abuso del consumo de drogas entre la juventud.

La posición decisiva del bloque latinoamericano

Las posiciones que adopten finalmente China y Rusia en la Comisión podrían ser, según fuentes consultadas, determinantes para el sentido del voto que acuerden los bloques de África y Asia, donde ambos países ejercen una importante influencia y podrían cercenar vías más aperturistas como la que se espera de estados miembros como Tailandia, India, Nepal o Suráfrica. La incertidumbre también es grande en el bloque de América Latina y el Caribe, al que pertenecen algunos de los países habitualmente más proclives a la desfiscalización del cannabis, una postura que podría verse afectada por los cambios políticos que se han producido en gobiernos como el de Uruguay, Chile o Brasil. La evidencia: ninguno de los estados iberoamericanos con derecho a voto en la Comisión ha hecho público todavía qué postura adoptarán en Viena esta semana, según se aprecia en la web de monitoreo de Kenzi Riboulet.

El cabildeo será, por tanto, abundante en los pasillos de la sede de la Comisión, donde en la sesión del año pasado llegaron a congregarse cerca de 2.000 personas, entre representantes de los estados miembros, comunidad científica y las ONG de todo el mundo que asisten como observadoras. Según fuentes próximas al desarrollo de la 63 sesión, todo está tan abierto que la reunión podría zanjarse finalmente tanto con un apoyo mayoritario a la propuesta de la OMS de sacar el cannabis de la Lista IV, como con un rechazo o con un nuevo aplazamiento del debate, aunque en los últimos días se ha abierto una cuarta vía propuesta por la delegación estadounidense: crear una comisión intergubernamental integrada por representantes de unos cuantos países para supervisar cualquier acuerdo, en un sentido o en otro, dejando a un lado a la Organización Mundial de la Salud.

Todo parece, pues, que está aún por acordar, pese a que la decisión de rebajar la fiscalización a la Lista I tendría un valor más simbólico que efectivo desde el punto de vista estrictamente legal, según Kenzi Riboulet, quien también es investigador colaborador del Observatorio Europeo de Consumo y Cultivo de Cannabis. Ese valor simbólico serviría, sin embargo, para reconocer la utilidad medicinal de esta planta y acabar con el ciclo negro que se abrió en 1961, cuando fue clasificada en la lista mundial de las sustancias más peligrosas, negándosele de esa forma la posibilidad de explorar cualquier aprovechamiento en el campo científico y terapéutico del que, pese a todo, ya se benefician millones de personas en todo el mundo.

La Comisión de Estupefacientes forma parte del Consejo Económico y Social de la ONU, que es el órgano que se encarga de elegir a sus 53 estados miembros. Periódicamente, la Comisión modifica la lista de las sustancias que figuran en la Convención sobre Estupefacientes y en el Convenio sobre Sustancias Psicotrópicas, basándose en las recomendaciones de la OMS, que a su vez está asesorada por el Comité de Expertos en Farmacodependencia. El 24 de enero del año pasado, la OMS presentó al secretario general de la ONU seis recomendaciones derivadas del análisis crítico realizado por ese comité sobre el cannabis, que son las que se prevé sean discutidas en la sesión del próximo mes de marzo.

Con información de Público