“John buscaba un contacto extraterrestre”, es un documental de Netflix que narra los 30 años de la búsqueda cósmica del entusiasta espacial John Shepherd.
Todo comenzó en 1972, en la casa de campo de sus abuelos en Michigan, empezó a perseguir su sueño emitiendo una serie de pulsos de tonos electrónicos «hacia las estrellas». Así comenzó un extraordinario viaje de 30 años que llamó Proyecto STRAT (Special Telemetry Research and Tracking). Pronto se apoderaría de su vida, y de la de sus abuelos, que se encontraban viviendo en medio de un conjunto cada vez más amplio de lo que él llama «instrumentos hermosos e inusuales», incluyendo osciladores de doble canal, tubos de rayos catódicos, pantallas gigantes para monitorear las señales entrantes y un transmisor de baja frecuencia que enviaba señales a millones de kilómetros en el espacio profundo.
El documental muestra el viaje del hombre y su pasión por descubrir lo que hay en lo desconocido. Su camino de empezar a construir máquinas para contactar con alienígenas y cómo ha sido un niño diferente mientras crecía con una pasión diferente y extravagante forma el quid de la historia.
Su afecto por lo desconocido resonó en el director Matthew Killip, quien logró comprimir una misión de décadas en una carta de amor de 16 minutos a la alteridad y el confort del cosmos en un mundo solitario.
Killip explicó a The Guardian que “si haces una película sobre alguien que intenta contactar con extraterrestres, hay un problema narrativo incorporado, que es que no contactan con extraterrestres”. Sin embargo, rápidamente descubrió algo mucho más universal y “profundamente romántico” sobre su búsqueda.
Aunque aparentemente es un documental alienígena, la película de Killip se inclina más espiritualmente por la belleza de la vida, el amor y la existencia en la tierra.
“Encontrar a alguien que esté en la misma onda que yo, y poder compartir mi vida con esa persona en cualquier grado o manera, es casi imposible… aunque creo que existe. Creo que para todos, hay alguien…Ya sea en la Tierra o a través del espacio exterior, uno puede conectarse significativamente en su vida”.
John también señala que su búsqueda ha arrojado «pocos datos concretos» de mucha utilidad. Sin embargo, la alegría no está necesariamente en el descubrimiento. «Le dio algo, un significado», dice, ¿no es eso todo lo que podemos esperar?
