EUROPA PRESS – Una nueva investigación llevada a cabo por científicos alemanes y chinos ha descubierto por qué no todos los usuarios de cannabis desarrollan una adicción, incluso con el uso habitual a largo plazo. Un cambio en los sistemas cerebrales es lo que marca la diferencia, según un estudio de ‘Biological Psychia: Cognitive Neuroscience and Neuroimagen’.
En el estudio, investigadores de la Universidad de Ciencia y Tecnología Electrónica de China y la Universidad de Bonn (Alemania) utilizaron imágenes cerebrales para monitorizar la actividad neuronal cuando los usuarios de cannabis vieron imágenes asociadas con su consumo, conocidas como señales de drogas.
Aunque todos los consumidores de cannabis participantes en el estudio informaron de un uso intenso, solo algunos dependían de la droga. Tanto los dependientes como los no dependientes tuvieron respuestas exageradas en una región del cerebro que procesa la recompensa, el estriado ventral, en comparación con las personas que no consumieron cannabis. Curiosamente, los usuarios dependientes también tuvieron respuestas más amplias en una región del cerebro que forma hábitos: el estriado dorsal.
«Los hallazgos actuales reflejan que el uso intensivo de cannabis se promueve mediante cambios en el sistema de recompensa del cerebro; sin embargo, estos cambios por sí solos no explican completamente el uso adictivo. Este puede ser más bien impulsado por cambios en los sistemas cerebrales que promueven el uso habitual, que también puede explicar el hecho de que los adictos continúan consumiendo a pesar de no experimentar los efectos gratificantes de la droga. Como tal, su comportamiento queda así bajo el control de las señales de la droga, en lugar de la expectativa de recompensa real», explica el autor principal, Benjamin Becker.
Los usuarios dependientes también tuvieron mayores respuestas en otras regiones del cerebro, incluidas las que atribuyen importancia a las cosas. Esto sugiere que el desarrollo de la adicción al cannabis incorpora regiones cerebrales adicionales que pueden fortalecer el deseo de una persona de buscar la droga.
«El cannabis ahora es legal para uso médico y recreativo en muchas partes de los Estados Unidos y los impactos en la salud de este desarrollo aún se están entendiendo –apunta Cameron Carter, editor de ‘Biological Psychia: Cognitive Neuroscience and Neuroimagen’–. Estos hallazgos son información importante que puede ayudarnos a comprender mejor por qué algunas personas pueden ser más adictas al cannabis».
Diferenciar los circuitos cerebrales únicos detrás del consumo de cannabis dependiente también podría ser útil para comprender cómo combatir el problema de la adicción al cannabis. «La identificación del cuerpo estriado dorsal y el comportamiento habitual como impulsor de la adicción puede permitir el desarrollo de enfoques de tratamiento más específicos para aumentar el éxito del tratamiento», concluye el autor principal, Xinqi Zhou.