Carteles Mexicanos Usan un Mortal Pesticida Para Cultivar Marihuana en los bosques de California

Desde 2010, el gobierno ha destruido unos 766 sembradíos operados por narcotraficantes de México en el estado. Las autoridades advierten que en la mayoría de estos se usó un potente pesticida que daña a las personas, la fauna y la flora de los parques nacionales.

Veinte meses ya han pasado desde que entró en vigor la ley que permite el consumo de marihuana con fines recreativos en California. Uno de sus fines era impactar las operaciones de los narcotraficantes en las reservas forestales del estado, pero eso no ha ocurrido.

Este lunes, agentes del Servicio Forestal de Estados Unidos (USFS) encontraron un campamento ilegal cerca de Dutch Oven Creek, al este de Bass Lake, en las montañas de Sierra Nevada. En el sitio había más de 6,000 plantas de cannabis, cuyo producto se habría vendido en estados donde aún es ilegal.

Por años, esa inmensa zona natural en el norte de California ha sido un terreno de cultivo de los carteles mexicanos de la droga. Sus sembradores se adueñan de lugares remotos y poco vigilados durante varias semanas, gracias a que son abastecidos por otros que les llevan alimentos y recogen las cosechas.

El sitio de cultivo en Dutch Oven Creek era cuidado por los michoacanos Lester Eduardo Cárdenas Flores y Luis Reyes Madrigal, quienes ahora se encuentran bajo custodia. Un tercer cómplice huyó. Flores y Reyes fueron acusados el martes en un tribunal federal de Fresno de conspiración para fabricar y distribuir grandes cantidades de marihuana. Enfrentan una condena mínima de 10 años de prisión.

En dicho campamento ilegal de casi una milla de largo había una cocina con estufa de gas, bolsas de dormir, un área de procesamiento de marihuana y ocho parcelas de plantas de cannabis, según la denuncia federal.

También detectaron que estos sembradores usaban el peligroso fertilizante carbofurano, prohibido por el gobierno de EEUU. Es tan potente que un pequeño sorbo sería una dosis letal para un oso adulto.

En 2009, la Agencia de Protección Ambiental (EPA) vetó su uso en los cultivos de alimentos, alertando que existe el riesgo de que dañe los sistemas nervioso y reproductivo de las personas, y que sea tóxico para la vida silvestre y el agua. Pero las autoridades siguen hallando botellas de carbofurano en los sembradíos del crimen organizado.

Como consecuencia, restos del químico han sido encontrados en arroyos, así como en animales vivos y muertos en varios lugares de Sierra Nevada.

“Ha hecho que la situación sea mucho más peligrosa, mucho más tóxica y mucho más dañina para el medio ambiente, para todos nosotros”, advirtió McGregor Scott, fiscal del Distrito Este de California de la Procuraduría de EEUU, al anunciar el martes el desmantelamiento de dicho plantío ilícito.

Al gobierno federal también le preocupa la mala utilización de los recursos naturales. Se calcula que los narcotraficantes usaron al menos 5.4 millones de galones de agua de arroyos para la cultivar las más de 6,000 plantas descubiertas en Dutch Oven Creek.

“El agua es el problema más importante en California y la cantidad utilizada para cultivar un producto ilegal en el bosque es alucinante”, expresó el fiscal Scott. “Si pudiéramos darle a esa agua un uso legítimo sería de gran ayuda para resolver ese problema» de sequía, agregó.

Más de 700 sembradíos de los carteles en 9 años

Para los carteles mexicanos es redituable sembrar marihuana en los parques nacionales de California porque les ahorra el cada vez más riesgoso transporte a través de la frontera. Aunque el estado ya tiene una legislación que permite a los adultos consumir la hierba, la gran mayoría de los cargamentos son enviados a otros estados del país. Incluso se alega que abastecen algunos dispensarios legítimos.

California es, de hecho, el principal proveedor de marihuana ilegal en EEUU y exporta más a otros estados que México, informó hace unos meses Bill Ruzzamenti, director del programa local High Intensity Drug Trafficking Areas (HIDTA).

Por eso, las autoridades anunciaron que implementarán el operativo ‘Vigilante del Bosque 2’, que es la continuación de otro que se realizó el año pasado. Entonces, un equipo especial arrestó a más de 77 personas y descubrió más de 160 campamentos ilegales. En esos lugares decomisaron 82 armas, unas 638,370 plantas de cannabis y 25,334 libras de marihuana procesada.

A principios de agosto, agentes federales encontraron casi 2,500 plantas de marihuana en el Bosque Nacional Sequoia en el condado de Fresno. En el lugar arrestaron a Marino Cruz Díaz, de 21 años, y a David Moreno Florez, de 25, ambos residentes de Salinas.

A estos sembradores les confiscaron un rifle estilo AR-15 y una escopeta. Las armas estaban cargadas. Ambos fueron acusados formalmente el pasado 15 de agosto en una corte federal en Fresno.

Si son declarados culpables enfrentarían una condena mínima de 10 años de prisión y una máxima de cadena perpetua. Además, podrían ordenarles que paguen una multa de 10 millones de dólares.

Otro cultivo ilícito con más de 2,500 plantas de cannabis fue desmantelado el 7 de agosto de 2017 en el Bosque Nacional Shasta-Trinity, cerca de la montaña Limedyke, a una altura de unos 2,500 pies. El sitio era operado por el joven michoacano Carlos Gutiérrez González.

Este mexicano portaba una pistola calibre 45 y tenía una bala en su bolsillo, según la Fiscalía. El 6 de agosto de 2018, un juez federal lo condenó a cuatro años y dos meses de prisión. También le ordenó pagar 10,000 dólares como una restitución al Servicio Forestal.

Con información de Univision