A partir de este mes, los consumidores de cannabis regulado en Uruguay experimentarán otro aumento en el costo, que se produce en medio de la escasez en el suministro interno y los esfuerzos para impulsar las exportaciones para uso médico, seis años después de legalizar el cannabis para uso médico y recreativo.
En una entrevista con los medios locales, el Secretario de la Junta Nacional de Drogas, Diego Olivera, atribuyó el último “ajuste” de precios a la “incorporación de tecnología [para garantizar] la seguridad del producto”.
El aumento, agregó Olivera, está determinado por el Instituto para la Regulación y Control del Cannabis (IRCCA), de acuerdo con sus compañías de producción aprobadas, así como con las diecisiete farmacias que venden el producto.
Ambas compañías aprobadas, ICC y Symbiosis, son de propiedad mixta entre capital local y extranjero. De hecho, ICC es ahora una subsidiaria de Aurora , una de las compañías de cannabis más grandes del mundo.
En Uruguay, que legalizó el cannabis en 2013 , el aumento en el costo de los productos es parte de una tendencia continua que se viene manifestando en los últimos dos años. En 2017, un paquete de 5 gramos de flores secas costaba 187 pesos uruguayos (alrededor de US$ 5).
Luego, en 2018, el precio aumentó a $ 213 (aproximadamente US$ 6) y, en febrero de 2019, a $ 220 pesos (aproximadamente US$ 6.24).
A partir de agosto de 2019, ese paquete cuesta 250 pesos uruguayos (alrededor de US$ 7).
Según IRCCA, hasta la fecha, 36.876 uruguayos están autorizados a comprar cannabis en las farmacias del país, un número que ha aumentado constantemente desde mayo de 2017, cuando había menos de 5.000 usuarios registrados.
Además, el organismo analiza otorgar tres nuevas licencias. De concretarse, y sumado a las dos empresas ya instaladas, la producción alcanzará las 10 toneladas por año, indicó Olivera.