El ministro de Justicia belga, Vincent Van Quickenborne, del partido liberal flamenco Open VLD, quiere aumentar a mil euros las multas a las personas que sea encontradas en flagrante delito de consumo de drogas duras, como la cocaína, informó la agencia Belga.
La idea de penalizar más duramente el consumo de drogas se enmarca en el contexto del aumento de las incautaciones en el puerto de Amberes, sobre todo de cocaína, el pasado año.
Además, el ministro de Justicia belga prevé extender al conjunto del territorio los controles para la detección de drogas que ahora se llevan a cabo en los festivales, según explicó en un programa de la televisión flamenca VRT el domingo.
Van Quickenborne recordó que las multas introducidas el pasado año en el país para las personas en flagrante delito de consumo de drogas van desde los 75 a los 150 euros.
«Quien puede pagar 50 euros por un gramo de cocaína puede también pagar 150 euros», señaló el político belga, que prevé introducir multas de 1,000 euros para quienes sean encontradas en pleno consumo de drogas.
El pasado año, los controles permitieron multar a más de 6,000 personas por consumo de drogas.
El ministro indicó que, en caso de negativa por parte del sancionado a pagar la multa, la cantidad será recaudada a través de los impuestos.
El pasado año se interceptaron en Amberes 110 toneladas de cocaína, un nuevo récord, frente a las 4,7 toneladas incautadas en 2013.
El incremento en paralelo de la delincuencia y la corrupción y las amenazas dirigidas por el mundo del narcotráfico contra el propio ministro de Justicia, Vincent Van Quickenborne, que se ha visto obligado a esconderse junto a su familia en dos ocasiones en el último año en lugares secretos, han llevado a algunos expertos a temer que Bélgica se convierta en un «narco-Estado».