El país explota la ventaja competitiva conforme aumentan las inversiones extranjeras directas “greenfield”
Colombia se está posicionando como un productor líder en la industria mundial del cannabis — una industria que está experimentando un vertiginoso crecimiento — y ya se ha convertido en el segundo destino más grande para la inversión extranjera directa (IED) “greenfield” — proyectos totalmente nuevos — relacionada con el cannabis, según datos de fDi Markets, un servicio de datos del Financial Times (FT) que monitorea la inversión transfronteriza.
Las compañías extranjeras se han apresurado a entrar en Colombia desde enero de 2018, haciendo inversiones por un valor aproximado de US$359 millones a través de 13 proyectos totalmente nuevos, casi la mitad de los cuales se anunciaron este año, según fDi Markets.
En términos de la IED “greenfield” en la industria, coloca a Colombia en el segundo lugar detrás de EEUU, ya que ha atraído 15 proyectos valorados en aproximadamente US$1.05 mil millones, según el servicio de datos del FT.
Otros países de Latinoamérica y el Caribe también han atraído inversiones en la industria, a través de proyectos en Argentina, Brasil, Perú, México y Jamaica. China se considera otro destino líder de mercados emergentes para la IED en el sector.
Como industria joven, la inversión extranjera en el cannabis legal sigue siendo un fenómeno relativamente nuevo, con proyectos nuevos comenzando a despegar a principios de 2017. Desde entonces, 21 países — incluyendo ocho mercados emergentes — han recibido inversiones de 42 compañías, la gran mayoría de Canadá, donde tanto el uso recreativo como el medicinal de la marihuana son legales.
El clima y la proximidad a Norteamérica han convertido a Latinoamérica y el Caribe en una de las regiones de más rápido crecimiento para la producción e investigación del cannabis, y Colombia ocupa el primer lugar.
“El papel de Colombia en la industria mundial del cannabis medicinal es importante actualmente, pero será primordial a mediano plazo”, comentó Federico Gómez, el director de fusiones y adquisiciones y de servicios transaccionales en la consultora Araújo Ibarra.
“Producir aceite de cannabis medicinal es mucho menos costoso en Colombia, y ha creado un flujo masivo de inversión canadiense en corporaciones colombianas que poseen licencias de cannabis medicinal. Todos los principales actores de la industria dependen de Colombia para demostrarles a sus inversionistas la escalabilidad futura de sus negocios”.
La ola de inversión canadiense también es una reacción ante la escasez nacional de cannabis en Canadá debido a la enorme demanda y a las complejas normas de concesión de licencias.
De hecho, al menos 10 empresas extranjeras han anunciado inversiones en proyectos nuevos en Colombia durante los últimos 16 meses, incluyendo compañías con sede en Colombia registradas en Canadá, como LaSanta Botanicals y PharmaCielo, así como las principales compañías en la industria, como Cronos Group y Canopy Growth, las cuales desean “capturar participación de mercado de los 600 millones de personas de Latinoamérica, conforme las naciones individuales modernizan su legislación sobre el cannabis medicinal”.
Según la agencia Cannabis Financial Network: “Colombia es actualmente el único país cuyo gobierno está promoviendo agresivamente las exportaciones de cannabis, convirtiendo a ese país en el centro actual para el desarrollo del cannabis. La combinación de un enfoque dirigido por el gobierno en las exportaciones, un clima ideal de crecimiento y un costo de producción extremadamente bajo hacen de Colombia un foco crucial para el desarrollo a corto plazo. El país también cuenta con una población de aproximadamente 6 millones de pacientes que consumen marihuana medicinal”.
Aunque la producción de cannabis medicinal es legal en Colombia, continúa siendo controversial. El país prohíbe la venta de flores de cannabis, lo cual significa que las compañías que operan en el país se concentran en los aceites y en los productos extraídos, áreas de alto beneficio de los mercados que generalmente son más atractivas para los consumidores globales, ha indicado la Cannabis Financial Network.
De hecho, el mercado de los cannabinoides (conocido como CBD, un producto legal que no produce ‘alteración’, o un “high”) en el Reino Unido pudiera tener un valor de casi £1 mil millones al año para 2025, equivalente en tamaño al mercado actual de suplementos herbales del Reino Unido, ha indicado el Centre for Medicinal Cannabis. Las tiendas de CBD ya están presentes en las calles de Londres, como Portobello Road.
Siguiendo el ejemplo de Uruguay y de Chile, Colombia legalizó formalmente la marihuana medicinal en 2015, y a principios del año pasado el gobierno autorizó la cosecha de hasta 40.5 toneladas de marihuana medicinal con fines de exportación.
“Una presencia plenamente realizada en América del Sur pudiera aumentar significativamente nuestra base de clientes”, señaló Todd Denkin, director ejecutivo de Digipath, la cual construyó una instalación de pruebas de laboratorio para el cannabis en Colombia a principios de este año. “Esperamos que Colombia sea uno de los líderes del mercado en la producción de cannabis, de cáñamo y de CBD, y estamos entusiasmados con las posibilidades”.
Sin embargo, a Colombia le esperan numerosos retos, como potenciales problemas de seguridad y dificultades para producir cannabis de grado farmacéutico, un proceso extremadamente especializado que requiere los más altos estándares de calidad.
Además, a pesar de que se han emitido más de 100 licencias de producción de cannabis en Colombia desde la legalización — el primer paso hacia el comercialismo —, a partir de mayo sólo un puñado de cultivadores estaban completamente registrados en el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) debido a las complejidades burocráticas, según The Motley Fool.
La industria legal del cannabis en Latinoamérica alcanzará ventas anuales de US$12.7 mil millones para 2028, ha indicado Prohibition Partners, la compañía de investigación de la industria del cannabis, mientras que CB1 Capital prevé una capitalización de mercado global de un billón de dólares en 10 años, proveniente de cosméticos, alimentos para animales, medicinas, ropa y más, todos basados en el cannabis.
La legalización y la aceptación social del cannabis medicinal han crecido rápidamente durante los últimos años, y la inversión extranjera ha aumentado exponencialmente conforme los proyectos “greenfield” explotaron de cero en 2016 a 12 en 2017; a 28 el año pasado; y a 30 entre enero y mayo de este año, según fDi Markets.
En términos de gastos de capital, en los primeros cinco meses de 2019 ha habido aproximadamente US$1.1 mil millones en IED, una cifra mayor que la de los 24 meses anteriores combinados.
Al mismo tiempo, las inversiones de capital de riesgo en el mercado del cannabis alcanzaron un récord durante los primeros cinco meses de 2019.