Sadiq Khan, el alcalde de Londres, está planeando poner en marcha un nuevo plan en un intento de «poner fin a la persecución de los jóvenes sorprendidos con cannabis» y otras drogas de clase B.
Bajo las leyes actuales, quienes estén en posesión de drogas de clase B como el cannabis y la ketamina podrían enfrentarse a «hasta 5 años de prisión, una multa ilimitada o ambas cosas», según se indica en el sitio web del gobierno.
Pero si se consigue llevar a cabo el plan del alcalde, se eliminarán las sanciones penales para quienes sean sorprendidos con estas drogas ilegales para su propio consumo.
En su lugar, se dice que Khan pondrá en marcha un «plan de asesoramiento» para los menores de 25 años que sean sorprendidos con este tipo de drogas, y que los distritos londinenses de Lewisham, Greenwich y Bexley serán los primeros en participar en las fases iniciales.
La idea se basa en una investigación que sugiere que el tiempo de la policía se emplearía mejor en la lucha contra delitos más graves, lo que significa que se indicaría a los oficiales que no arresten a los jóvenes que se encuentren con sustancias como el cannabis, la ketamina y el speed.
De acuerdo con Telegraph, el nuevo plan, encabezado por el alcalde de Lewisham, Damien Egan, se anunciará este mes.
Es la continuación de planes similares probados anteriormente por la policía y los comisionados del crimen en Avon y Somerset, Durham y West Midlands.
De acuerdo con Transform Drugs, en Avon y Somerset, un «Programa de Educación sobre Drogas» significaba que aquellos que fueran sorprendidos con «pequeñas cantidades de cualquier droga por primera vez» podían elegir la vía de la justicia penal o un curso de educación sobre drogas.
La policía de Durham también implantó un «Programa de control», por el que se evitaba el enjuiciamiento si se cumplía un «contrato de 4 meses que exigía no reincidir, realizar trabajos comunitarios, adoptar medidas de justicia reparadora y trabajar con un «navegador» para abordar los problemas subyacentes».
El profesor John Middleton, presidente de la Facultad de Salud Pública del Reino Unido, declara en un folleto de la institución de 2018: «La criminalización y el encarcelamiento por delitos menores y no violentos empeoran los problemas vinculados al consumo de drogas ilícitas, como la desigualdad social, la violencia y las infecciones. Hay que despenalizar la posesión y el consumo y priorizar los enfoques sanitarios».
Sin embargo, el mes pasado, el primer ministro Boris Johnson anunció una ofensiva contra los consumidores de drogas. Dijo: «No vamos a quedarnos de brazos cruzados cuando hay quienes consumen drogas como con un estilo de vida, también consumen drogas de clase A, y vamos a ser más duros con ellos».
«Estamos estudiando cómo hacer frente estos consumidores que no creen que sean parte del problema. Al final, toda la demanda está contribuyendo a crear el problema.»
«Hay que ocuparse de los 300,000 consumidores problemáticos de drogas, hay que asegurarse de que reciban rehabilitación, hay que ser duros con las mafias del condado, pero también hay que pensar en lo que ocurre con la demanda, el beneficio económico que los consumidores dan a las mafias».
Se calcula que el tráfico ilegal de drogas en el Reino Unido cuesta a la sociedad 19,000 millones de libras al año, según la alcaldía. El año pasado, unas 41,900 personas de toda Inglaterra y Gales fueron acusadas de delitos relacionados con las drogas.
