70,000 Estadounidenses Muertos Por Sobredosis De Drogas

La Oficina para la Política Nacional de Control de Drogas de Estados Unidos presentó la Estrategia Nacional para el Control de Drogas en el gobierno de Donald Trump, que se basa en tres ejes: educación preventiva, atención médica para personas adictas y reducción “agresiva” de la disponibilidad de sustancias en ese país.

Cerca de 70,200 estadounidenses murieron por sobredosis de drogas en 2017 y en 47,500 de esos casos estuvo involucrado un opioide, aseguró la Oficina para la Política Nacional de Control de Drogas (ONCDP, por su siglas en inglés) de la Casa Blanca.

Jim Carroll, director de la ONCDP, presentó hoy la Estrategia Nacional para el Control de Drogas de la administración Trump, que se basa en tres ejes: educación preventiva, atención médica para personas adictas y reducción “agresiva” de la disponibilidad de sustancias en Estados Unidos.

El plan pretende reducir en un 15% tanto las muertes por sobredosis como la tasa de consumo entre personas jóvenes para 2022 e incrementar los tratamientos médicos especializados para alcanzar una cobertura del 100% entre consumidores de opioides en el mismo año,

Además, tiene el fin de aumentar en 10% la planta laboral del sistema federal de salud facultada para administrar, prescribir y distribuir buprenorfina entre esos pacientes.

Además, el plan pretende para 2022 reducir en un 42% la producción de cocaína en Colombia y en 25% la producción de heroína en México, así como combatir la venta ilegal de drogas por internet en EU.

Los traficantes de drogas siguen buscando ampliar su base de consumidores mediante la introducción de nuevas sustancias y la reducción de riesgos para su cadena de suministro, por lo que hallan nuevos métodos de encubrimiento al ingreso de sus productos en EU, asevera el texto de la estrategia de la ONCDP.

Las drogas sintéticas permiten reducir los costos de producción, mientras que la dark web otorga anonimato a operaciones de compra-venta que, además, se hacen con criptomonedas, por lo que los traficantes de drogas han incorporado estas estrategias a su mercado, añade el plan.

El objetivo central del proyecto es “construir una sociedad libre de drogas, más fuerte y más sana hoy y en los años por venir mediante la reducción drástica del número de estadounidenses que pierden sus vidas en la actual crisis de adicción”, compartió la Casa Blanca.

Casi todas las drogas que se consumen en Estados Unidos se producen en otros países y son ingresadas a través del territorio de naciones aledañas, por lo que el tráfico es posible sólo mediante el involucramiento de organizaciones criminales internacionales.

Los grupos criminales además socavan la gobernabilidad, fomentan la corrupción, desestabilizan a países aliados y desarrollan actividades ilícitas aledañas, acusa la ONCDP.

“Debemos anticiparnos y responder a los cambios en el ámbito del tráfico de drogas, identificar y explotar vulnerabilidades en la cadena de suministro y apoderarnos de la iniciativa de los traficantes de drogas para interrumpir sus actividades y desmantelar la infraestructura que utilizan para sostener sus proyectos ilegales”, señala el proyecto.

Además, es indispensable la colaboración con aliados extranjeros para combatir las redes criminales del hemisferio occidental del mundo, región donde el tráfico de drogas y el crimen organizado tienen un impacto directo en los problemas migratorios y de seguridad fronteriza que afectan a Estados Unidos, agrega la oficina antidrogas.

“El gobierno de EU enfocará sus esfuerzos diplomáticos en fortalecer a las naciones aliadas para que produzcan resultados contra la amenaza creciente de las drogas ilegales”, indica la estrategia.

“Priorizaremos la asistencia con los aliados que estén alineados con los intereses de EU, muestren resultados y construyan la capacidad para abordar estas amenazas independientemente de los programas de asistencia de EU”, añade.

Esto, aclaró la ONCDP, implica la construcción de sistemas de justicia fuertes en los países en colaboración con EU, el fortalecimiento del Estado de derecho, el desmantelamiento de la corrupción y el arresto y procesamiento de traficantes de drogas que operen dentro de sus fronteras.

“Las relaciones regionales seguirán siendo una parte importante de nuestro trabajo internacional, lo que nos permitirá compartir información y coordinar nuestras políticas de drogas, para hacer frente a una amenaza en constante transformación”, subrayó la Casa Blanca.