Marihuana vs. Hemp, lo que tienes que conocer

Por Guillermo Nieto, Presidente Anicann (Asociación de la Industria Nacional del Cannabis)

Hoy, diferenciar a simple vista la marihuana del cáñamo o hemp, es prácticamente imposible, pues en lo que se distinguen es en su composición molecular: cada planta tiene un perfil químico único, un perfil canabinoide. El hemp tiene una concentración menor al 0.3% de THC, el sicoactivo del Cannabis que la clasifica como droga. Pero ¿por qué es importante saber esto?

Con la discusión que próximamente ocupará el espacio público, es necesario estar bien informados, pues está en albores una industria que no sólo significa crecimiento económico, sino bienestar y alivio para millones de personas.

¿Desde cuándo el ser humano cohabita con el Cannabis?

La primera prueba que se tiene del uso del cannabis tiene 2,700 años y proviene de China; a lo largo de los años, los climas más fríos dieron paso a una nueva familia de Cannabis: el cáñamo, mejor conocido como hemp. En 1753, Carl Linnaeus, un botánico suizo, creó el primer sistema de clasificación para el Cannabis nombrándolos:

Cannabis Sativa, que tenían mucho más altura y hojas más delgadas, con un efecto “energizante”.

Cannabis Índica, una variedad hallada en la India con hojas más gruesas y oscuras, así como un efecto más letárgico.

Cannabis Ruderalis: mucho más pequeña en tamaño y con tiempo de crecimiento y floración mucho más corto, hallada en Rusia.

Pero eso ha quedado atrás, debido a las cruzas constantes entre cada tipo de cannabis, con el fin de lograr una cepa más fuerte, todas las familias de Cannabis se vean prácticamente iguales, dejando su diferenciación en su composición o utilidad.

El psicoactivo principal del Cannabis, se llama Tetrhidrocannabinol (THC), que se encuentra en los tallos y las hojas en mucho menor concentración; y en la resina mayormente.

El segundo canabinoide activo principal, es el Cannabidiol (CBD), probado con éxito en varios tratamientos médicos, desde las formas más agresivas de epilepsia, como algunas formas de cáncer y trastornos mentales.

Por lo tanto, lo que hoy tenemos es que hay:

Marihuana (con altas concentraciones de THC y menores de CBD): Sativa, Índica y Ruderalis

Hemp (altas concentraciones de CBD y prácticamente nulas de TCH): Sativa, Índica, Ruderalis e industrial.

¿Por qué a todo le decimos “marihuana”

Desafortunadamente, la Cannabis ha tenido varios tropiezos en su historia, uno de los más grandes, fue el “Acta de substancias controladas” aprobada en Estados Unidos en 1970, que prohibió todas las variedades del Cannabis, sin distinción por su composición, clasificándolas a todas como droga y prohibiendo su cultivo, incluso si era con fines industriales como sucede con el cáñamo, utilizado para producir textiles, papel, envases biodegradables, biocombustible, materiales de construcción y muchas cosas más.

Los beneficios de la diferenciación

La discusión sobre el uso y la legalidad de cada una de estas plantas, aunque sean de una misma familia, debe tener su propio terreno. Separarla en la arena legal, productiva y social, permitiría también diferenciar el uso recreativo, médico y de bienestar de la marihuana, de las propiedades industriales, medicinales y utilitarias del hemp. Fomentando la investigación, la salud, la industria y la economía, y mejorando la calidad de vida de cientos de pacientes.

En 2014, la ley estadounidense volvió a separar a la marihuana del hemp, para permitir su cultivo y uso, reconociendo que su perfil canabinoide es totalmente diferente e inofensivo. Gracias a ello, la ingeniería agrícola permitirá diseñar cepas de Hemp con posibilidades de adaptar su composición a padecimientos cada vez más diversos.

Con información de Forbes